Por el puente pasaron millones de vehículos,día tras día, y en las noches sin descansos los motores rugían y elgran peso de los transportes pesados hacía trepidar la estructura delgran puente de concreto que cruzaba el río.Fue construido a principio de la década de los cincuenta, ingenieros, técnicos y cientos de trabajadores laboraron afanosos durante tres años.
El resultado fue un hermoso puente, muy resistente a las crecidas del río y al paso de los grandes vehículos; era el único paso a la costa y la única carretera que comunicaba una parte del estado con la otra.
Había historias y habladurías sobre la construcción del puente, trabajadores desaparecidos, sobretodo los que abusaban del alcohol y vivían sin familia en el pueblo. La leyenda en torno al puente tuvo resonancia los primeros años, luego quedó en el olvido.El ingeniero encargado de la construcción, era un argentino de aspecto misterioso, dado al ocultismo y la magia negra, aprendida en sus frecuentes viajes a Haití y Cuba. Dicen las malas lenguas, enteradas del caso, que el ingeniero Alejo Ledezma, que así se llamaba el hombre, ordenó el sacrificio de diez trabajadores, a los que primero se les embriagó, para después pasar a formar parte de la estructura del concreto del puente.Hombres de toda su confianza, depositaron en cada muro del puente, a un pobre fulano, el caso es que necesitaba estar vivo, para que surtiera efecto la ceremonia. Al terminar la construcción del puente, se habían sacrificado diez individuos que desaparecieron misteriosamente, cosa que no le importó a nadie, ya que no eran de la localidad.Durante las grandes crecidas, cuando el río empujaba con furia los muros del puente, la gente decía que de entre el murmullo del viento se escuchaban furiosas voces que exhortaban a resistir los embates de la corriente. “¡Agárrense con fuerza compadres que nos lleva la chingada!”, así decía la conseja popular sobre las voces del puente.Con el paso de los años el mito del puente quedó totalmente en el olvido, hasta 60 años después, cuando azotó la peor tormenta que se tenga historia en el país. Los indestructibles muros del puente cedieron y se derrumbaron ante el furioso empuje del rio. Se interrumpió el paso vehicular, hubo desabasto y el presidente de la república, acompañado por el gobernador y otros funcionarios se presentó a prometer la pronta construcción de otro puente, mucho más resistente y moderno.Y por increíble que parezca, el presidente cumplió, llegaron cientos de trabajadores y maquinaria pesada. ¡Y cuál fue la sorpresa de los encargados de la obra!, al encontrar los cadáveres de 20 hombres dentro del viejo concreto. En cada muro se encontraron los despojos como momias apergaminadas. Nunca se sabría la identidad de los hombres sacrificados y, tampoco nunca se castigaría a los culpables.