Según los relatos hasta la actualidad se trata de una criatura humanoide, delgada, ojos que parecen huecos sin fondo, sin cabello y con unas inmensas garras, de ahí su nombre “the rake” tiende a acechar de noche en la vida y los sueños, alimentándose de los miedos que produce.
Primero se deja ver de forma gradual, esperando en la oscuridad, mirándote fijamente disfrutando de tu miedo, la situación empeora cuando ves sus garras y cuando finalmente se te acerca y susurra el nombre de una persona que conoces, aquella que quizás muera. Lo que está claro es que el sufrimiento es su motivo para vivir.
Siguiendo con la leyenda, esta criatura esta está entre lo real y fantasía hasta se ha dicho que tal vez sea un alienígena con sus manos mojadas de sangre divirtiéndose con sus presas. Esta leyenda surgió en el noreste de Estados Unidos expandiéndose por todos lados, personas que afirman haberlo visto describiéndolo de igual forma en todas partes.
Una particular historia de cierta joven que no tuvo más elección que suicidarse para terminar con los desagradables encuentros entre ella y el rastrillo nos muestran que cada vez que se apagan las luces no estamos tan solos como quisiéramos, aquellos seres que pueden aparecer y desaparecer al instante dominan la noche y que si les prestamos atención quizás ellos también hagan lo mismo. Una manera de evitar algún encuentro es no pensar en el constantemente, ya que nuestra mente es tan poderosa que emite la llamada de ley de atracción de lo que desea y lo que no. Pensar que no se te aparezca es llamarle varias veces indirectamente y donde sea que estés, si eres su objetivo estará ahí intentando que lo percibas, lo único claro y preciso es que en el mundo está plagado de seres que no comprendemos y si afirmamos que no existen, estaríamos negando nuestra vida cuando algún día quizás encontremos a alguno.