Creo que un mundo sin cáncer es posible. Lo creo porque creo en la ciencia y en los pequeños avances que va logrando día día para ganarle el pulso a esta terrible enfermedad, pero llegar a sostener que el bicarbonato de sodio cura el cáncer no es más que una estafa contra la salud y hacia todas las personas que padecen esta enfermedad.
Bulos como el del bicarbonato o el limón como remedio contra el cáncer no son nuevos, ya hace tiempo que circulan impunemente por la red y parece ser que últimamente vuelven a estar de moda y todo a causa de personajes irresponsables que no vacilan en jugar con la salud por ganar un dinero u otros que no vacilan en apoyar estas leyendas urbanas en sus blogs, a costa de la mala imagen de la industria farmacéutica y de los gobiernos, por conseguir un puñado de visitas. Lamentablemente este tipo de actuaciones deja en mal lugar a la medicina natural, logrando que se confunda con la charlatanería.
Esto no quiere decir que el bicarbonato de sodio carezca de beneficios para la salud, ya que los tiene pero de ahí a garantizar que es la cura contra el cáncer deja mucho que desear.
Haciendo un poco de historia, muchos sostienen este bulo poniendo por medio a Otto Heinrich Warburg (1883-1970) de quien algunos incluso afirman que ganó el Premio Nobel por el estudio “La causa primaria y la prevención del cáncer” sosteniendo que esta enfermedad se abre camino en un entorno de acidez y falta de oxígeno, por lo tanto, habría que abandonar las sustancias ácidas y consumir sustancias alcalinas, tomando el bicarbonato como solución. Pero lo que viene a decir, es que si quieres evitar el cáncer deja de consumir azúcares, sales refinadas, alimentos procesados y consume productos alcalinos como frutas, verduras, cereales integrales, agua… Por cierto, Warburg no ganó el premio nobel de medicina por este estudio, lo ganó por su estudio sobre “El descubrimiento de la naturaleza y el modo de acción de la enzima respiratoria”.
Uno de los muchos banners que circulan con información falsa o errónea sobre el Nobel de Warburg. El Nobel lo consiguió por El descubrimiento de la naturaleza y el modo de acción de la enzima respiratoria.
Más recientemente nos encontramos con un personaje que no sabría como definirlo sin parecer grosera, Tullio Simoncini, que por cierto, ni si quiera era oncólogo, condenado por la justicia italiana por administrar inyecciones de bicarbonato por el módico precio de 400 € a enfermos de cáncer, teniendo como resultado la muerte de uno de sus “pacientes terminales” al cual dicha inyección le provocó la laceración del intestino con lo que consiguió que el pobre hombre falleciera con unos dolores terribles. No es la única muerte que se le atribuye a este charlatán, dos muertes más se le atribuyeron en el juicio por sus cócteles de bicarbonato y agua. Lo cierto es que la infusión intravenosa de bicarbonato ocasiona alcalosis metabólica, es decir, un aumento del pH de la sangre que puede llegar a ocasionar la muerte.
Simoncini fue condenado por fraude y homicidio en el año 2005
Y sólo unos días atrás, nos encontramos con la carencia neuronal de la presentadora Mariló Montero, afirmando en su programa que el aroma del limón puede prevenir el cáncer, una frivolidad con la que no se consigue otra cosa que causar más sufrimiento a las personas que padecen esta enfermedad y que ha provocado la queja de la Organización Medica Colegial de España.
Mariló Montero y sus afirmaciones, otro peligro para la salud pública
Ojalá todos estos bulos tuvieran un estudio clínico que avalara semejantes afirmaciones, ojalá tuvieramos estadísticas de personas que se han superado la enfermedad con estos métodos, pero lo cierto es que a día de hoy, la lucha del contra el cáncer sigue adelante y lo que debemos tener claro es que no se puede frivolizar con un tema tan sensible.
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