Revista Libros

"La libélula" - Amelia Rosselli

Por Marapsara

Es nuestro deber volver a quitarnos el sombrero ante la selección poética que está realizando Sexto Piso en los últimos meses. Han arriesgado con unas propuestas de la más alta calidad, rarezas con las que los lectores se sorprenderán cuando visiten sus librerías favoritas y encuentren estas joyas.
Otro ejemplo de buen hacer y vanguardismo de finales del siglo XX, como ya descubríamos en el magnífico “Eso” de Inger Christensen, que comentábamos hace poco. Pero Amelia Roselli no se parece a nada. Sin embargo, posee unas características curiosas que la hacen única.
Tres idiomas, la misma dificultad
Los comienzos de la vida de Roselli (1930-1996) surgieron fortuitamente en París. Su padre, un italiano antifascista, había buscado refugio allí. Su madre era una activista política inglesa. Tenemos, por tanto, el francés, el italiano y el inglés como idiomas de partida. Y esto no solo se refleja en este pequeño libro, sino que identifica toda la obra de Roselli.
Amelia Roselli viajó por los tres países que componían su nacionalidad múltiple y escribió transmitiendo la misma dificultad que encontraba en cada idioma (o en la mezcla experimental de los tres, como sucede a veces): la dificultad de expresar con palabras lo que sentía.
Quizá sea representativo de su personalidad compleja, el hecho de que muriera tras arrojarse por la ventana de su apartamento en Roma, quizá no tenga nada que ver. Nunca lo sabremos. Lo que sí es cierto es que este libro destila pesimismo. Nos transmite un mar de dudas y la sensación de que no ha superado el daño que le han hecho los demás. Independientemente de esto, hay que indicar que posee un ritmo verdaderamente hipnótico, y que la presentación del texto en edición bilingüe es un lujo para quienes lean ambas lenguas.
Un rescate a tiempo
Creemos que es el momento ideal para recuperar la obra de esta extraña autora, con la que hemos compartido tiempo y espacio sin ser conscientes. En los últimos años, cuando más y más se reivindica la presencia de las mujeres artistas ensombrecidas por sus coetáneos varones, aparecen para nuestra sorpresa y regocijo nombres como el de esta multicultural y oscura poeta.
Mientras se siguen poniendo tantas trabas a la vida de las mujeres, despotricando en contra de la igualdad, descubrimos por ejemplo lo dura que fue la vida de las mujeres beatniks y lo poco –o nada– que sabíamos sobre ellas, gracias a la publicación de libros como “Beat Attitude” (editorial Bartleby, 2015), o la creación de documentales como “Se dice poeta” de Sofía Castañón. Exposiciones como la que ha ofrecido el Matadero de Madrid acerca de las Guerrilla Girls, nos abren los ojos con datos y cifras reales y objetivos sobre el rechazo que sufren las mujeres en el mercado de cualquiera de los campos del arte.
Libélulas y otros abismos
“La libélula”, subtitulado “Panegírico de la libertad”, es un poema largo que fue publicado por primera vez en 1958. Gracias a Pier Paolo Pasolini, que se fijó en su obra, en 1963 se publicó en la revista “Los Menabo” veinticuatro de sus poemas. Un año después, se publicó la colección poética, “Variaciones guerra”, publicado por la editorial Garzanti. Un poco más adelante, en 1969, se publicó “Serie del hospital”. Ya en 1966 comenzó a escribir crítica literaria en los periódicos Paese Sera y La Unidad. En 1981 se publicó ”Impromptu”, poema largo, y en 1983 el título “Portapapeles dispersos y perdidos”, obra escrita entre 1966 y 1977.
Dice Martín López-Vega en un artículo publicado en El Cultural, que “no todo lo que aprendemos en la poesía de Amelia Rosselli queremos aprenderlo; tanta verdad asusta”. Lo cierto es que nos muestra su realidad bañada de pesimismo, como si esa libélula que evoca al principio, sobrevolara un ambiente húmedo, insano y cargado. En cualquier caso, al igual que una libélula errante o una estrella fugaz, hay algo, un fulgor raro, en los poemas de Rosselli que impiden que podamos apartar de ellos la mirada.
Reseña publicada originalmente en la web de crítica literaria "El Mar de Tinta".

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