La libertad de tener establecidas rutinas

Hoy quiero que hablemos de Rutinas. 

Una rutina es una costumbre o hábito que tenemos adquirido, de hacer algo de un modo determinado, sin tener que reflexionar o decidir sobre ello. Algo que hacemos sin pensar, en automático (imagino que todas conocíamos esta definición, o al menos, podíamos llegar a ella si nos parábamos a pensar un poco en algo que hacemos de forma rutinaria, como el lavarnos los dientes).

Como decía en el título del post, las rutinas nos dan libertad. Pese a las connotaciones negativas del término, que las tiene. 

¿Qué quiero decir con que la rutina nos da libertad?

Tener una rutina de una serie de pasos o acciones concretas, nos ayuda a crear hábitos y a avanzar hacia nuestros objetivos, pero con el beneficio de hacerlo en modo automático. 

Me explico: piensa en tu rutina de aseo, antes de dormir (o algún otro ejemplo que te resulte más cómodo). 

El objetivo, en este caso, podría ser mantener la salud de tu boca. 

Tus acciones a realizar: lavarte los dientes después de cenar. 

Este ejemplo resulta muy sencillo de entender porque es algo común a (casi) todos. Lo tenemos ya incorporado como hábito en nuestro día a día, y nos sale automáticamente, el realizarlo. Incluso, cuando no lo hacemos, nos sentimos raras, que nos falta algo. Pero habitualmente, no estamos cenando y pensando: tengo que lavarme los dientes. No tenemos esa tarea en nuestra lista mental.

Te pongo otro ejemplo personal. Por las mañanas, ya tengo desarrollada una rutina, con una serie de pasos a realizar, para despertar y preparar a la peque antes de salir a la guardería. Incluye diferentes acciones como: despertarla, vestirla, poner el desayuno, recoger la cocina, lavarle los dientes, arreglarnos para salir, preparar el carro y/o bolsa que necesite ese día, revisar la lista de la compra, y coger la basura. Son acciones que hacemos todos los días, en automático, y que no tengo que ir pensando "ahora toca hacer esto". Sé que durante un bloque de tiempo de 1 hora, realizaremos esos pasos e items, siguiendo un orden, o no necesariamente. 

Es decir, tener esta rutina ya incorporada a nuestros días, nos permite conocer que durante x tiempo, en este caso, una hora, vamos a ir realizando ciertas acciones, de forma natural, e irán saliendo solas. Es un poco el concepto de estar en un "flujo de acción". Por no hablar de los beneficios que tiene para los niñxs pequeños, el tener una rutina para su aprendizaje y desarrollo. 

Sobre todo, la libertad viene referida al descanso que se le da a la mente, ya que no tiene que estar permanentemente recordando cuál será la siguiente acción a realizar, ya que lo tenemos automatizado. 

¿En qué se diferencia una rutina de un horario?

Esta puede ser una duda común y fácil de confundir. Cuando tienes un horario, las actividades que programas tienen una hora concreta para realizarse. El ejemplo más claro es el horario escolar. Estaba fijado que los lunes de 9 a 10 tendrías clase de lengua, por decir un ejemplo. ¿Esa clase podría moverse de hora, por ejemplo los lunes de 10 a 11? Lo dudo. 

Los horarios nos permiten tener actividades o citas claras, por ejemplo, una cita de consulta médica, o una entrevista o reunión de trabajo. Son actividades que no nos interesa olvidar, y que, a ser posible, deberían realizarse a la hora prevista (ya que suelen ser compromisos con terceras personas, también).

La rutina, por el contrario, no necesita tener un horario fijo. En ese sentido, nos da mayor flexibilidad. 

Piensa en los dos ejemplos anteriores. No te lavas los dientes después de cenar siempre a la misma hora ¿verdad? y no pasa nada por ello. O el ejemplo de la rutina de mañana con Julia, que entre semana tenemos más parecido a un horario (solemos realizarla a las mismas horas, por adaptarnos al horario de entrada) pero que, entre semana o festivo, también podemos realizar, a otra hora y/o con mayor lentitud. 

Sí que podemos tener una serie de bloques de tiempo, que dediquemos a esas rutinas. En mi caso, de 7.30 a 8.30, realizo la rutina de la niña (ese es el bloque de tiempo) pero no tengo un horario (es decir, no tengo marcado que a las 7.30 la levanto, a las 7.40 la tengo que vestir, a las 7.50 tiene que estar comiendo...)

Los beneficios y los problemas de las rutinas

Empecemos por los problemas de tener rutinas: 

• si nuestra vida se basa solo y únicamente en realizar las rutinas de siempre, y nada más, es muy seguro que nos aburriremos, será muy monótono. Hay que equilibrar ciertas rutinas (que nos vienen bien) con tener espacio para improvisar e innovar
• En temas creativos y laborales, tener muchas rutinas nos resta creatividad, por la misma razón. Nos volvemos demasiado autómatas y no paramos a buscar opciones nuevas, frescas. 
• Y nos volvemos demasiado cómodos. Las rutinas nos dan tranquilidad, una zona de confort, una vez ya las hemos adoptado. Pero si no las variamos nada, no podremos mejorar. 

Pero también nos aportan muchas cosas buenas:

• Nos permiten aumentar la productividad: tenemos claro qué es lo que tenemos que hacer, y lo hacemos de forma automática. Por lo que, en ese sentido, somos más efectivos. 
• Nos reduce el estrés de tener que estar decidiendo constantemente qué hacer. Es algo natural, un hábito ya incorporado, y la cabeza puede estar a otras cosas. 
• Una rutina de desconexión por la noche nos permite descansar mejor. Crear una serie de pasos a realizar antes de meterte en la cama, enfocados a tu descanso, es muy beneficioso. Si has tenido un bebé, lo habrás podido comprobar perfectamente: tener una rutina de la noche les ayuda a dormir. ¡Este tema es muy interesante, y hablaremos de ello en otro post, seguro!

Como siempre, lo difícil de tener una rutina es mantenerla. Para ayudarte a hacerlo, puedes tener en cuenta estos consejos:

• Pon foco en lo que realmente importa, es decir, no te montes la película del siglo, ideando una rutina mega ideal pero imposible de cumplir. Pon foco en aquello que es prioritario, ya sabes menos es más
• Se consistente, trabaja duro por cumplir la rutina día sí, día también. La única forma de mantenerla es que se convierta en un hábito (que te salga solo realizarlo, y que si algún día falla y no lo haces, no te cueste recuperarlo). 
• La mejor manera de mantenerte consistente, es hacer un seguimiento de tu progreso. Bien con un habit tracker en tu agenda o bullet journal, bien con una app que te permita registrar tu avance, o con otra persona con quien puedas compartirlo. ¡Tú eliges!
• ¡Prémiate por hacerlo bien! Que muchas veces somos demasiado duras con nosotras mismas, y un poco de motivación externa no viene mal 

Tu siguiente paso

Si te interesa el tema de establecer rutinas, puedes comenzar a evaluar las que tienes actualmente (que todos tenemos, aunque no seamos conscientes). 

Durante una semana, lleva un registro de las actividades que vas realizando durante el día, lo más detalladas posibles. Cuando encuentres un patrón que se repite, ahí tienes una rutina o hábito. 

Evalúalo: ¿es un hábito que te beneficia? ¿te acerca a tu objetivo o te aleja de él? ¿qué podrías hacer para mejorar esa rutina? 

Para ti: tracker para las rutinas

Para ayudarme y ayudarte en el seguimiento de las rutinas y los buenos hábitos, he preparado un imprimible que puedes descargar al registrarte en mi Cartita de los domingos.  

[ Recuerda que si te unes a mi cartita de los domingos, puedes acceder a todos los imprimibles que he ido creando en todo este tiempo. Si todavía no formas parte, puedes darte de alta aquí ]

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La plantilla imprimible contiene 12 copias de una tabla (tracker)para que registres el progreso semanal de 5 hábitos. Puedes rellenarlos a tu gusto. 

Está diseñado con un tamaño pequeño (6,5cm * 4 cm) para que entre en todo tipo de agenda, planner o en tubullet journalsi quieres. Yo lo he estado usando en el lateral de la vista semanal de mi Happy Planner.

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Foto principal: Trevor Buntin on Unsplash

Foto "habit tracker": Pegotiblog.