Revista Opinión
Pensar que la diversidad es buena en sí, es un gran error, la diversidad es más divertida, si se quiere, y así para quien estudia los animales, cuanto más especies haya mejor (y descubrir una más es de lo máximo a lo que se puede aspirar), para quien estudia las plantas, igual, para quien estudia el comportamiento humano, el comportamiento de una tribu contra más diverso y extravagante mejor (aunque vivir en dicha tribu sea para el aborigen un infierno) y para quien estudia las enfermedades lo más divertido es que haya muchas y a poder ser, con los síntomas más insólitos posibles. Descubrir una nueva enfermedad o un paliativo para alguna extraña, es profesionalmente lo más, aunque humanamente lo más sea desear que no existan enfermedades o que ya tengan cura.La existencia de millones de virus, también da más "diversidad" y hace de su estudio una ocupación apasionante, pero no es algo necesariamente bueno.Lo que es verdaderamente bueno no es la diversidad, sino la libertad y es la libertad lo que genera la diversidad social. Si podemos llegar a ser diferentes es porque en un momento dado pudimos elegir y elegimos de forma distinta, si no podemos elegir, si solo hay una opción, la diversidad es imposible. Intentar acabar con la libertad, como hace la estrategia homogeneizadora de la inmersión obligatoria, con la excusa de la "diversidad" es falso; la falta de libertad no genera diversidad, e improcedente; lo que es deseable es la libertad, la diversidad no es ni buena ni mala, es un "efecto secundario" de la libertad.