Hay quien dice que en todo pueblo no puede faltar un bar. Primero se levanta este y alrededor suyo el resto de establecimientos y viviendas. En Inglaterra la buena de Florence Green ha decidido que en Hardborough, pueblecito cercano a la costa lo que debe abrirse es una librería. Con el dinero de sus ahorros y la paga de viudedad de su marido fallecido en la guerra se dispone a comprar un caserón muy deteriorado en donde tiene previsto ubicar su establecimiento. No va a ser empresa fácil. Los mandamases del pueblo tienen otra idea para ese lugar, como por ejemplo un centro de arte y por eso se preparan para boicotear y echar por tierra su proyecto. La tenacidad y lucha de esta mujer, una Emily Mortimer soberbia, es digna de elogio. Gracias a la ayuda de una malhablada e irreverente chiquilla a la que coge como ayudante y a un rico aristócrata que vive alejado del mundanal ruido y de sus vecinos, la pared con la que se se están dando de cabezazos parece agrietarse.
La española Isabel Coixet vuelve a viajar lejos de España con una fascinante historia que leyó hace años en la novela de Penélope Fitzgerald. Ahora adapta esta oda a la literatura y a las letras esperando potenciar el interés en la lectura. No seamos como los habitantes de este pueblo de finales de los cincuenta que negaron la entrada a la cultura y a la modernidad prefiriendo los chismes y cotilleos que estaban a la orden del día en ese lugar. La malvada Violet Gamart no puede salirse con la suya y amargar la vida a esta mujer a la que todos ven como forastera y causante de un cambio que ninguno ni quiere ni desea.
¡Qué bonitas son las vistas de Irlanda del Norte, donde se ha ido la directora a rodar! Entre el verde esperanza de la campiña y el azul cielo o mar nos enamoramos de una tierra que no se merece a aquellos que viven en ella, me refiero a los futuros clientes de esa librería. Es en este lugar donde se establecen relaciones de amistad y de amor platónico, entre Florence y el señor Brundish o este con la obra de algún autor al que no tenía el gusto de haberle echado un ojo como Ray Bradbury o Vladimir Nabokov. Su novela era escandalosa para esta comunidad inculta y atrasada que criticaba cualquier variante de literatura conservadora. Para este devorador de libros la presencia de Florence es una oportunidad perfecta para conocer títulos hasta ese momento desconocidos.
El elegir a un elenco de actores y actrices british hace que la película se convierta en un maravilloso pase de modelos distinguidos y elegantes entre los que siempre destaca Bill Nighy o Patricia Clarkson protagonista de las fiestas en una de las fastuosas mansiones de Hardborough. Allí la humilde librera se siente minúscula y alejada de las conversaciones esnob de las que ella es ajena ¡La escena del vestido es de lo poco cómico que vamos a oír!
La librería es un drama algo lento y aunque apunta maneras muy pronto al final le falta corazón y esa pasión que adivinamos en la persona de la triste viuda. Los grandes duelos que se adivinan entre ella y la gran dama nunca se hacen realidad y solo vemos la punta de este iceberg calentito cuando su nuevo amigo se cita con Violet para recriminarle sus acciones y su comportamiento para con la dependienta. Tampoco entra en detalle en la organización y funcionamiento de una librería antigua, la manera en que se ha dado a conocer y publicitado, aparte de la reunión al comienzo o las lógicas pequeñas dificultades que todo negocio siempre tiene al principio. Hubiera sido muy interesante haberle dado mayor importancia a la labor emprendedora de una mujer que esos tiempos tan poco se daba. Pocas eran las valientes que en ese mundo, dominado por los hombres, podían romper las reglas establecidas y hacerse dueñas de algo como esa librería. En vez de eso Isabel Coixet prefiere centrarse en el rechazo de un pueblo vivo que actúa como colectivo y no como suma de individualidades, algo muy de Stephen King y el Derry de It.
Después de la SEMINCI de Valladolid y del premio otorgado a la mejor adaptación literaria de la Feria del Libro de Francfort se estrena en España esta coproducción justo en el momento en que la directora ha hecho ciertas declaraciones conflictivas sobre la problemática situación de la Cataluña actual. Es por eso que este film no pasará desapercibido para bien o para mal.
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