- Marina Muñoz Cervera -
Si mantenemos la limpieza evitamos en gran medida las enfermedades de transmisión alimentaria.
«Mantén la limpieza» es la primera llave para la inocuidad de los alimentos, según la OMS.
Muchas personas en el mundo padecen cada año enfermedades de transmisión alimentaria sin saber que el origen puede estar en alimentos contaminados. En la mayoría de las ocasiones, los síntomas son molestias estomacales, diarreas y vómitos. Pueden aparecer inmediatamente después de la ingestión del alimento o días e incluso semanas más tarde. La OMS nos dice que este tipo de enfermedades pueden acarrear problemas a largo plazo y algunas graves, como cáncer, alteraciones articulares y trastornos neurológicos.
Las patologías de este tipo suelen llevar consigo malnutrición y si no las tenemos en cuenta y las tratamos bien y a tiempo, arrastramos el déficit. Nos alteran la flora bacteriana intestinal de forma importante.
Vamos a conocer qué aspectos son los más importante en la limpieza y su mantenimiento.
Lavado de manos:
Para que sea efectivo desde el punto de vista higiénico, las manos deben lavarse debajo del agua corriente, enjabonarse durante, al menos, 20 segundos, aclararse con agua corriente y secarse con una toalla limpia de tela o bien papel desechable. Es más efectivo con agua caliente.
¿Cuando es necesario lavarse las manos a lo largo del día?
Las manos, como ya hemos visto, sirven de vehículo para gérmenes, si se lo permitimos, para evitarlo en las siguientes:
- Antes de preparar los alimentos y con frecuencia durante su preparación.
- Después de ir al baño.
- Antes de comer.
- Después de cambiar el pañal a un bebé.
- Después de sonarse la nariz.
- Después de tocar la basura.
- Después de manipular sustancias químicas.
- Después de jugar con mascotas.
- Después de fumar.
Si no se dispone de jabón, la ceniza de carbón se considera aceptable para el lavado.
Limpieza de los platos y utensilios.
Es importante distinguir entre «limpiar» e «higienizar».
- Limpiar: es el proceso a través del cual quitamos la suciedad y los restos de comida.
- Higienizar: consiste en desinfectar o matar los gérmenes. Podemos preparar una solución desinfectante casera, mezclando 750 ml de agua y 5 ml de lejía doméstica o lavandina; esta solución es bien barata y eficaz y lleva una parte de lejía y 150 de agua, es decir, es una dilución de 1/150 o lo que es lo mismo de 5/750.
Se tiende a utilizar la lejía pura para desinfectar y, en realidad, no solo no es necesario sino que es demasiado fuerte, agresiva y tóxica, es más eficaz una buena dilución para desinfectar y sale mucho más barato.
Recomendaciones generales:
- Los trapos, paños y otros utensilios de limpieza debe estar y mantenerse limpios. Se debe evitar el uso de esponjas.
- Tenemos que utilizar trapos distintos para secar los platos y para las superficies de cocina para que los gérmenes no pasen de un lado a otro.
- Fregar los platos mientras estamos cocinando para que los gérmenes no tengan posibilidad de multiplicarse.
- Fregar con especial cuidado los utensilios que se utilizan para comer, beber y cocinar que hayan estado en contacto con alimentos crudos o con la boca.
- Tenemos que «higienizar» las tablas y utensilios que hayan estado en contacto con alimentos crudos como carne y pescado.
- Limpiar y secar los equipos de limpieza porque los microorganismos crecen mucho en lugares húmedos.
Las esponjas atrapan a los gérmenes entre la profundidad de sus fibras.
¿Como lavar los platos después de comer?
- Retiramos los restos de comida y los tiramos a la basura.
- Fregamos con agua caliente (si se dispone) y detergente utilizando un paño limpio o un cepillo para quitar los restos de grasa pegada o comida.
- Aclarar con agua caliente limpia.
- Higienizar los utensilios de cocina con agua hirviendo o con una solución desinfectante.
- Dejar que los platos y utensilios se sequen al aire libre o bien con un paño seco y limpio.
Para proteger los alimentos de plagas.
En algunos países del mundo es casi imposible impedir la presencia de insectos y otros pequeños animales de la cocinas, sin embargo, con unas cuantas medidas, sí podemos minimizarlas y son las siguientes:
- Mantener los alimentos cubiertos o en recipientes cerrados herméticamente.
- Poner la basura en cubos con tapaderas y mantenerla cerrada. Es importante tirarla cotidianamente.
- Usar cebos o insecticidas para repeler los insectos.
- Mantener a los animales domésticos fuera de los lugares destinados a la cocina.
Nuestras mascotas, por muy limpias que estén, son portadoras de gérmenes porque sus excrementos los contienen, por eso no es conveniente que visiten la cocina, al menos mientras estemos manipulando los alimentos.
Ya sabemos cuáles son los aspectos que, desde el punto de vista higiénico, tenemos que contemplar para que nuestra comida sea inocua. En muchas ocasiones, son las prisas las que nos obligan a prescindir de algunos los aspectos higiénicos que hemos visto en esta entrada, sin embargo, es necesario tomarse el tiempo necesario y adquirir hábitos culinarios saludables. No se trata de obsesionarse, sino simplemente de adquirir conciencia a través de la información.
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Fuente:
– Organización Mundial de la Salud. OMS. “Manual sobre las cinco claves para la inocuidad de los alimentos”. Departamento de Inocuid ad de los Alimentos, Zoonosis y Enfermedades de Transmisión Alimentaria. 2007.
Imagen:
http://www.prensalibre.com/vida/Lavar-platos-labor-cotidiana_PREIMA20120418_0236_10.jpg