En 2002, el gobierno de la Comunidad de Madrid se gastó 85 millones de euros de los impuestos de los madrileños en un ramal de la línea C3 de Cercanías con principio y en Pinto y final en San Martín de la Vega. El motivo fundamental era dar servicio a los visitantes del Parque de Ocio Warner, y reforzar la deficiente infraestructura de transporte del municipio de San Martín de la Vega.
Pero la cosa no funcionó como se esperaba. En primer lugar, el Parque de Ocio no ha tenido jamás el nivel de visitas necesario para obtener una rentabilidad. Durante los meses en que no funciona los viajeros son exclusivamente los que viajan desde Pinto a San Martín de la Vega o al revés, y claro, estos son una minoría, porque la estación está fuera del casco urbano y se hace necesario coger el coche o un autobús para llegar y viajar en tren. La conclusión es que los sanmartineros prefieren utilizar su propio vehículo o los autobuses para viajar a Madrid. Hoy he visto en un informativo como los trenes van prácticamente vacíos, a veces un par de viajeros que, si van a Madrid, además, deben hacer transbordo en Pinto. Esto no puede ser rentable bajo ningún concepto, y visto así, parece lógico el cierre de la línea.
Pero el problema es más de fondo, según mi opinión. En primer lugar, cuando se construye el Parque de Ocio, no se tiene en cuenta el clima. En otros parques temáticos, como Port Aventura o Terra Mítica, la meteorología es más benévola y prácticamente les permite permanecer abiertos durante todo el año, lo que hace que, siendo además zonas muy turísticas, los visitantes están garantizados en una cantidad suficiente como para subsistir, con o sin crisis económica. En el caso del Parque Warner, situado en plena meseta, con los duros inviernos que vivimos, ¿cómo se va a mantener abierto durante todo el año? Es imposible, y eso hace que durante varios meses al año cualquier negocio alrededor del mismo sea ruinoso. Por otro lado está la propia infraestructura que se cierra el día 4 de abril. Son 85 millones de euros tirados a la basura por lo que ya he comentado antes. La estación de San Martín de la Vega está fuera del casco urbano y es una molestia llegar hasta allí para coger el tren. Para las personas que viajen a Pinto, esta molestia podría ser mínima, pero para los viajeros que continúan viaje hasta Madrid, supone una molestia mucho mayor. Por eso la gente no está por la labor de utilizar este medio de transporte. ¿Por qué no fue capaz de prevenir esto el Gobierno de la Comunidad de Madrid? ¿Es que ningún técnico fue lo suficientemente espabilado como para darse cuenta de este "problemilla"? El caso es que después del enorme gasto, se cierra la línea y supongo que alguna otra cabeza pensante convertirá las vías en un circuito de footing o una pista ciclista, con unos bonitos árboles alrededor, que nos costará otro buen pico a los madrileños.
Entiendo que RENFE decida el cierre y sólo tengo que decir que descanse en paz la línea C3a, y que alguien pida responsabilidades a los enterados que gastaron ese dineral sin prever lo que muchos no tan enterados sabíamos que iba a pasar.