Las mujeres que se someten al popular procedimiento de cirugía plástica conocida como liposucción podrían estar intercambiando una forma de grasa por otra, según un nuevo estudio que reveló que la supresión repentina de grasa abdominal parece desencadenar una acumulación de grasa alrededor de los órganos internos.
Investigadores brasileños dijeron que se trata de un aparente cambio entre dos tipos de grasa, con la eliminación de la “grasa subcutánea”, estimulando el crecimiento de “grasa visceral”.
La grasa subcutánea, que se encuentra justo debajo de la piel, es el principal objetivo de la liposucción. La grasa visceral se envuelve alrededor de los órganos internos, y su acumulación ha estado fuertemente vinculada con un mayor riesgo de diabetes y enfermedades del corazón.
Sin embargo, aquí están las buenas noticias: el mismo equipo de investigación encontró que las pacientes sometidas a una liposucción que adoptaron un programa de ejercicio poco después de la cirugía disfrutaron de los beneficios de la eliminación de la grasa abdominal, mientras que previnieron en gran medida el crecimiento de la grasa visceral post-cirugía.
Es importante destacar que, en un período de cuatro meses, un programa de ejercicio supervisado evitó este aumento compensatorio de grasa visceral, y a su vez hubo un aumento de la masa corporal magra y aumento de la capacidad física y la sensibilidad a la insulina.
Este estudio es un ejemplo de cómo se puede hacer un cambio positivo con el ejercicio. En última instancia, no solo puede impedir el retorno de la grasa corporal, sino que puede cambiar la distribución de la misma. Y eso es una muy buena noticia.