12. El regreso de Dexter
Despedimos la quinta temporada con una cortina infame, que de haber sido traspasada habríamos podido saltar perfectamente al primer episodio de la séptima. La pasada, innecesaria y mal escrita, me cabreó a niveles imperdonables. Pero como Dexter es una de mis series favoritas, siempre le daré una oportunidad. Y ha valido la pena, porque ha regresado muy bien.
Debra ya sabe quién es Dexter y ahora sí encuentro creíble su potpurrí de sentimientos hacia él. Pero ha sido muy importante que no redujeran la conexión entre ellos a un asunto romántico, como sugerían en la sexta temporada, pues si hay algo interesante de analizar en su lazo de hermanos es el haber sido criados por una persona que hizo a uno un guardián de la norma legal y a otro, un guardián de un código que le permitiera escapar de ella. Así las cosas, son hijos del mismo hombre cuidadoso, que inevitablemente les ha conducido por caminos opuestos.
Me gusta para donde va, que es para donde creía que iba al final de la quinta: la comprensión de sí mismo como el asesino que es, sin justificaciones. ¿Llevado por el amor a una mujer, por la sinceridad que le debe a otra? No lo sé, pero esto termina con la muerte de alguna, creo yo. Pero hay tantos personajes que podrían morir esta temporada (sumo a Debra y Hannah, LaGuerta y Quinn), algunos ajustados a su código, otros por la orden de las circunstancias, que pienso si los escritores darán esta responsabilidad a Dexter y dejarán, por fin, de estirar más la pita. Ah, Showtime, que te conozco y te quiero, pero ya es hora de que también tú rompas el código.
¿Y tú qué piensas? Déjame un comentario en el blog.