Cada comienzo de año nos encontramos con un montón de buenos propósitos que queremos llevar a cabo en ese nuevo año, cosas que por norma general no hemos podido hacer el anterior.
Es como si el azúcar y las grasas saturadas que hemos ingerido a manos llenas durante las vacaciones tuvieran el efecto secundario de creer que en esta ocasión sí vamos a poder hacer lo que en los años anteriores no hemos podido.
Porque la mayoría de las veces esa lista se repite una y otra vez, años tras años, porque somos así, arrancada de caballo parada de burro. Empezamos con muchas ganas pero poco a poco, a medida que pasan los días volvemos a ir dejando en el cajón la lista, hasta el año que viene.
Es cierto que el que la sigue la consigue y que en algún momento conseguiremos la fuerza y la motivación para hacerlas, así que he decidido que este año sí que voy a hacer un listado con mis propósitos. Voy a ser realista y voy a hacerla cortita para que mis fuerzas no se diluyan en muchos frentes.
1. No enfadarme, o al menos, hacerlo mucho menos.
2. Disfrutar más de mi familia.3. Volver al #PapasbloguerosGetFit porque lo poco que conseguí se fue hace tiempo.