Más de esto, por favor.
Algunos autores tienden a creer que los niños son tontos. No, señores, los niños no son tontos, son niños. Por eso, les gustan los libros en los cuales salen pedos, mocos, arañas y monstruos; cuando se habla de hadas y arcoíris, les suele interesar más bien poco. Hace poco tiempo día fui a una maratón de cuentos infantiles y algunos daban más pena que gloria. A ver, ¿me quieres explicar a santo de qué le cuentas a un niño la historia de otro niño que estaba en una burbuja y estaba triste y ay pobre que no tenía amigos? No le importa. Cuando yo era pequeña, me gustaban los libros de Roald Dahl, ¿por qué? Porque este señor corta cabezas, hace a padres que odian a sus hijos, dice que los niños tienen poderes especiales. Se nota cuándo un autor escribe para los niños y cuándo un autor escribe para los adultos que leen cuentos infantiles. Ahora no estoy hablando de niños pequeñísimos, sino de niños de 8 a 12 años. Una franja ancha, lo sé, pero aun así creo que está bien utilizada.Vamos a reconocer que una importante cantidad de adultos/jóvenes lee libros infantiles. Quizás, y solo quizás, sean estos los amantes de moralejas, historias de animales que no se aceptan a sí mismos (WTF?) y otras trágicas vidas. Pero yo pongo la mano en el fuego porque a los niños, en realidad, no les gustan estas cosas. Os voy a poner un ejemplo: una ardilla que estaba enamorada de alguien y nadie sabía quién era. Entonces la ardilla adelgazaba y sus amigos (el oso, el pájaro carpintero y si me apuras la jineta moteada y el tiburón ballena) le preguntaban qué le pasaba y ella no decía nada. Al final… era de otra ardilla (hembra. Por eso no decía nada). Se casaban. Fin. Moraleja: los homosexuales también son
Por eso, quiero hacer un reclamo. Quiero decirles a todos los autores de literatura infantil que se mojen. Que están ante un público muy peculiar, que exige mucho y nada a la vez, al que le gusta lo políticamente incorrecto. Que si vuestro protagonista eructa y se tira un pedo, no pasa nada. Y que si no hay una moraleja acerca de la amistad o el conocerse a uno mismo, mejor. No hace falta comerles la cabeza. Son niños, pero no son tontos.
Y vosotros, bloggers, ¿qué pensáis? ¿Os gusta la literatura infantil? ¿Estáis de acuerdo conmigo en que necesitaría un poco menos de “censura”? ¡Os leo! :D
PD: Esta entrada lleva escrita mucho tiempo, pero dado que últimamente estoy reseñando bastantes libros pseudo-infantiles, viene que ni pintada.