Revista Cine

La llamada de lo salvaje

Publicado el 28 febrero 2020 por Spiderman @cineylibertad
La llamada de lo salvaje

Entre las novelas más recordadas de Jack London se encuentra Colmillo Blanco, que recientemente tuvo una curiosa adaptación en dibujos animados, así como la amable versión de Disney, protagonizada por Ethan Hawke. Pues bien, otra de sus más queridas novelas es La llamada de lo salvaje, que ha recibido multitud de adaptaciones, y que ahora tiene la correspondiente adaptación cinematográfica por parte del cineasta Chris Sanders, especialista en cine de animación,  protagonizada por el veterano Harrison Ford que se verá acompañado  de un perro animado digitalmente. Este animal es  un cruce entre Collie escocés y San Bernardo. Este personaje ha sido dirigido por la mujer del director, Jessica Steele Sanders, lo que confirma mi teoría de que el enchufismo en el cine funciona. Buck,  el perro en cuestión está muy logrado, mientras que los villanos son muy toscos y primitivos, restándole fuerza a la historia.

La labor del realizador tengo la impresión de que se ajusta bastante bien al tipo de historias que le gustaba contar al escritor Jack London, que tenía una enorme capacidad para ambientar con acierto sus relatos porque guardaban cierta relación con sus experiencias personales como se percibe en sus cuentos (por cierto, para los que disfruten del relato corto, la editorial Reino de Cordelia está sacando todos sus cuentos, ordenados cronológicamente que, en líneas generales, son maravillosos y muy entretenidos). De hecho, este realizador bebe del encanto de toda su obra, logrando por otra parte que te encariñes con los personajes como Perrault (Omar Sy) y Thorton (Harrison Ford) y aquí consigues entender el dolor de un padre que ha perdido a su hijo, que ya no es el mismo tras el desgraciado suceso. El perro estrella, reconstruido digitalmente,  muestra su empatía, ya que detecta la bondad y los buenos sentimientos de los seres humanos, respondiendo con gratitud y lealtad.

Otra de las virtudes de esta producción es que guarda cierto equilibrio entre acción y diálogo, salpicado con algunas situaciones cómicas. Algunos pueden pensar que esta película no va a funcionar porque  ya  no está de moda el género clásico de aventuras, pero creo que este largometraje consigue, aunque no es lógicamente una obra maestra ni mucho menos, que salgas con buen sabor de boca y tengas  la sensación de que tus hijos, si te han acompañado, han disfrutado y han captado ciertos valores universales, mediante el visionado de una producción que habla sobre la amistad, el amor a la naturaleza y del trabajo en equipo.

Finalmente, este largometraje, de alguna manera, podría servir para mostrar el modo de trabajar el liderazgo en el buen sentido del término, puesto que  hay varias escenas en la que su protagonista canino se gana la confianza de sus compañeros, siendo generoso con sus compañeros, mientras defiende a sus “amigos” de las injusticias, enfrentándose a la maldad y compartiendo lo que tiene. Además, busca el bien común  y cumple con su trabajo con efectividad (publicada en Pantalla 90).


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