Revista Cine

La llave de Sarah (Elle s’appelait Sarah), Francia 2009

Publicado el 29 diciembre 2010 por Cineinvisible @cineinvisib

No existe necesidad alguna de presentar a la escritora Tatiana de Rosnay, franco-inglesa residente en París y autora de nueve novelas, que en 2009 se situó entre los diez autores más vendidos en Europa con su libro La llave de Sarah (reconozco una cierta preferencia por su novela de 2006, titulada Moka, con una estructura dramática muy cinematográfica y que podría convertirse en una excelente película). Gilles Paquet-Brenner leyó la historia de Sarah prácticamente cuando se publicó, y fue el primero en solicitar la adquisición de los derechos para su adaptación. Meses después llegó el éxito internacional, al mismo tiempo que innumerables propuestas, sobre todo americanas, a la editorial, pero la autora mantuvo su palabra y cedió los derechos al director francés.

La llave de Sarah (Elle s’appelait Sarah), Francia 2009

El ojo de la escritora y la seriedad en el tratamiento de esta historia ha dado buenos frutos puesto que la película es un sobrio e inspirado trabajo, estéticamente hábil y un excelente momento de cine que entretiene y reconcilia con los errores y debilidades del ser humano.

La llave de Sarah (Elle s’appelait Sarah), Francia 2009

A las cuatro de la mañana del 16 de julio de 1942, con nocturnidad, alevosía y una falta total de humanidad, 9.000 agentes de la policía francesa del gobierno colaboracionista de Vichy detuvieron a 13.000 personas de origen judío. 7.000 fueron confinados durante cinco días en el Velódromo de Invierno de París, sin comida, sin ningún tipo de instalación prevista al efecto y prácticamente sin agua, para ser trasladados a los campos de prisioneros en Francia, y posteriormente a los campos de concentración alemanes. Fue la primera experiencia salvaje e inhumana de este tipo de prisión de un gobierno fascista del que tomaron buen ejemplo las posteriores dictaduras, en especial, las sudamericanas.

 

La llave de Sarah (Elle s’appelait Sarah), Francia 2009

La película presenta la historia de una periodista de americana, instalada en Francia desde hace 20 años, y que por circunstancias personales, su traslado a la casa de los padres de su marido, se verá mezclada con la historia de una niña, Sarah, que 60 años años logró escapar de la persecución nazi. Kristin Scott Thomas, que cada vez con mayor frecuencia participa en realizaciones francesas, es la otra protagonista de esta historia, con un personaje que le viene a la perfección, y que gracias a su contenida y sobria interpretación, no se deja llevar por dramatismos innecesarios en una historia que ya es suficientemente dura de por sí.

 

La llave de Sarah (Elle s’appelait Sarah), Francia 2009

El director ha preferido olvidar las estadísticas de este hecho infame y dar realidad y fuerza a cada personaje. La originalidad del punto de vista es el tratamiento de la memoria histórica y las consecuencias que este hecho histórico infame tiene sobre la generación posterior. Estéticamente Gilles Paquet-Brenner ha optado por diferenciar las imágenes actuales, inspirándose en las texturas de los trillers de los años 70 (como Klute de Alan J. Pakula y sus personajes sólos ante el mundo), y la parte histórica en tonos más cálidos y ocres.

 

La llave de Sarah (Elle s’appelait Sarah), Francia 2009

La llave de Sarah me recordó unas frases, que se me quedaron grabadas, de la película Nostalgia de la luz, y que decían, más o menos, que “la memoria tiene fuerza de gravedad. Siempre acaba atrayéndonos. Quien tiene memoria vive en un frágil momento presente. Quien no la tiene, no vive en ninguna parte”. Por su sinceridad, el tono justo de contención, imprescindible para tratar un tema tan delicado, así como una brillante intervención de Aidan Quinn y una historia muy bien narrada, me impulsan a considerar la película de obligada visión. Sobre todo, para que nunca más se repita esta barbaridad.


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