Revista Cultura y Ocio

La llegada de los europeos a norteamérica

Por Joaquintoledo

La llegada de los europeos a norteamérica

Desde la llegada de Colón a fines del siglo XV, los europeos empezaron a verse tentados por los ricos territorios que encontraron  sin la necesidad de marchar hasta el Lejano Oriente. Sobre todo, se percataron que en dichas tierras existían nuevos productos de la madre naturaleza que en Europa sólo existían en los cuentos de hadas. En efecto el Viejo Continente era pobre en recursos, su población moría de hambre y muchos eran pobres. Mucha gente necesitaba marcharse de allí. Con el descubrimiento del Imperio Mexica y su posterior derrota, ningún país europeo se quedó tranquilo ante estos hechos históricos. España y Portugal estaban a la vanguardia y eran increíblemente ricos, además, gracias a la intervención Papal, se habían dividido el mundo. Obviamente otras potencias tales como Inglaterra y Francia no iban a permitir que esto siga manteniéndose.

España y Portugal, países eminentemente católicos creyeron que el favor divino, del Papa y de la Iglesia Católica serían suficientes para detener a otros países en sus auges expansionistas. Pues estaban muy equivocados, y pensaron con ingenuidad subestimando sobre todo a Francia e Inglaterra. Ya desde los tiempos en que Colón le rogaba a Isabel para su viaje y cuando logró embarcarse, existía en la corte inglesa un hombrecillo llamado Juan Caboto, quien tenía la misma intención que un par genovés.

Al final el rey Enrique VII le concedió el permiso y en mayo de 1497 consiguió atravesar el Atlántico en un par de semanas. Al final parece que llegó a Terranova, donde los escandinavos ya habían llegado hace mucho. Al informarse la riqueza pesquera del área muchas embarcaciones llegaron desde distintos países de Europa. Desde 1500 se desembarcó en Nueva Escocia y Maine, no obstante no se establecieron colonias propiamente dichas. Caboto murió en 1498, cuando pensaba organizar una expedición rumbo a oriente por el oeste. Poco antes de su deceso había avistado Groenlandia, el Labrador y al parecer llegó hasta la Nueva Inglaterra. Ya los nórdicos habían llegado antes, no obstante eran los primeros en llegar “oficialmente” auspiciados por una corona conocida. Sin embargo los viajes de Caboto no progresaron por la razón de que no se encontraron grandes riquezas en oro y plata como en otras zonas.

En Inglaterra asumió Enrique VIII,  preocupado más  en banalidades y ponerse en pugna con el Papa no llegó a  fijar su atención en el nuevo continente, mientras  que los españoles seguían avanzando. Vinieron los descubrimiento en México, Centroamérica, el del “Mar del Sur” por Balboa, la primera vuelta al mundo hecha por Magallanes (que no terminó pues murió en Filipinas) demostrando que la marcha al Lejano Oriente por el oeste no era viable. Luego vinieron las exquisitas conquistas de los mexicas e incas y la extensión española por Chile y Argentina. Explorados entonces Sur y Centro América, sólo restaban los territorios al norte del Imperio mexica.

Los españoles de Estados Unidos

El primero de los exploradores españoles que marchó al norte fue Narváez, quien  había prestado servicios a Velázquez en Cuba. En 1528 se llegó a la Florida, hecho atribuido a Ponce de León, quien  exploró el golfo y la costa oeste y de hecho a él se debe tal nombre a la península. Marchó tierra adentro pero no encontró ningún imperio fabuloso y tuvo que volver pronto a la costa. Construyó circo barcos para tratar de rodear el golfo de México pero se perdió en una tormenta. Pero los sobrevivientes llegaron hasta la actual Texas. Uno de ellos era Cabeza de Vaca quien fue prisionero de los indios durante seis años hasta que escapó para vagabundear el norte de México, y luego volvió al virreinato de Nueva España en 1536. Probablemente fue uno de los primeros en ver a los grandes búfalos y contó todas sus aventuras a sus compañeros. Dichos informes llegaron a oídos del posteriormente popular Hernando de Soto quien ya había colaborado con Pizarro en l conquista del Perú. Con la autorización de Carlos I, y haciendo gala de su experiencia, de Soto desembarcó en la costa occidental de la Florida en lo que ahora es Tampa el 25 de mayo de 1539, con 500 soldados y 200 caballos, avanzando tierra adentro y atravesando bosques que hacían prever una rica tierra. Tenía muchos deseos de encontrar el mítico Dorado, el cual para su desgracia no estaba en Estados Unidos.

Sus primeros enfrentamientos fueron en el sudoeste de Alabama en la que los indios los recibieron  a flechazos, y perdió a varios de sus soldados. Entonces entre mayo y junio de 1541 de Soto y sus hombres protagonizaron el primer combate entre indios y españoles en territorio actual de Estados Unidos. El 18 de junio llegaron al Misisipi, aunque él lo llamó solamente “Grande”. Nuevamente se llevaron el título de ser los primeros europeos, al menos registrados, en conocer el río. La expedición marchó valientemente hacia el oeste y luego viró al sur, mientras seguía peleando y sobrepasando a los indios gracias a las armas de los europeos, aunque por igual hubo dolorosas pérdidas humanas. Luego la expedición volvió a las orillas del río, ya con de Soto enfermo quien murió el 21 de mayo de 1542; la historia cuenta que fue enterrado en el Misisipi. Algo desanimados ya y con deseos de volver a casa, sus hombres alistaron barcos y descendieron por el rio hasta la desembocadura en el golfo.

Otra famosa expedición fue la de Francisco Vázquez de Coronado, quien exploró el sudoeste de Estados Unidos, paralelo a la de Soto. Entre los años 1540 y 42 los hombres de Coronado anduvieron por Texas y el sudoeste. Aquí empiezan también grandes descubrimientos, por ejemplo García López de Cárdenas descubrió el Gran Cañón, en tramos inferiores del río Colorado, descubierto a propósito en 1539 por Francisco de Ulloa y llamado así por el color rojizo de las rocas. Luego Coronado se dirigió hacia el norte penetrando en la región donde describió las cabañas de hierbas de unos indios llamados wichitas. Estaba en la actual Kansas. Hasta aquí hay que aclarar que los exploradores fueron muchos más, tales como Tristán de Luna y Arellano, Juan de Oñate, Gaspar de Portolá, Pedro Menéndez, Juan Rodríguez Cabrillo, entre otros. También hay que aclarar que a diferencia de México, Centro y Sudamérica, no establecieron asentamientos o guarniciones propiamente dichas. De hecho, la pobreza del lugar no los entusiasmó en demasía. Hasta aquel momento no se tenía ni señales de humo acerca de una intervención inglesa, pero los franceses ya habían estado efectuando planes…

Franceses e ingleses

Francisco I de Francia a pesar de hallarse en guerra con Carlos I de España, tuvo tiempo de enviar al italiano a Giovanni da Verrazano, con el fin de buscar una especie de paso como el de Magallanes por el sur, pero esta vez en el noroeste. Verrazano desembarcó en el cabo Fear hoy en día Carolina del norte, no quiso ir hacia el sur pues allí se encontraban los españoles. El 17 de abril llegó a la bahía de Nueva York. Se continuó hacia el norte pues se llegó a la conclusión de que por allí no había ningún paso. Descartó igualmente la bahía de Narragansett. Más tarde llegó a Terranova sin haber logrado su objetivo. Tuvieron que pasar 10 años para que los franceses vuelvan a interesarse en el asunto cuando Jacques Cartier fue enviado para investigar al norte de Nueva Escocia. Éste con sus 61 hombres llegó a Terranova el 10 de mayo y luego se dirigió hacia su costa occidental, ignorando que algunos portugueses ya habían estado allí en 1501. Luego marchó hacia el hoy en día llamado golfo de San Lorenzo, y tomó como posesión de Francia todos los territorios a los cuales llegó. Más tarde la región sería llamada Canadá porque los indios parecían llamar con una palabra parecida a sus hogares. Luego realizó otros dos viajes sin éxito para encontrar el paso.

Si bien el rey había perdido interés, estaba claro que los franceses ya estaban adentrándose en el Nuevo Mundo, pues debido a que a raíz de Lutero y su pensamiento habían surgido en Francia los hugonotes (protestantes franceses) se necesitaba un refugio lejos de la madre patria para así poder huir del papado y la persecución.  Así el líder de estos, Coligny, vio a América como el mejor lugar para marcharse para vivir y empezar una vida desde cero, ya no tanto de riquezas. El rey Carlos IX le concedió el permiso para establecer colonias en América, total tanto al soberano de diez años como a su madre, eminentemente católicas les importaba poco que fuera de los hugonotes.  En febrero de 1562 desembarcaron al norte de la Florida dirigiéndose hacia el norte y llegando a Carolina del Sur y fundaron una colonia llamada Port Royal y a la región “Carolana” en honor al rey Carlos. Ribaut era el líder de la expedición, quién pronto se marchó dejando a 30 hombres en la colonia los cuales nostálgicos buscaron regresar a la patria. Se tendría que esperar hasta 1564 cuando los hugonotes otra vez planearon establecer una colonia. Esta vez 300 colonos desembarcaron al norte de Florida, llegaron hasta el norte de este lugar fundando Fort Caroline, y a pesar de estar en territorio español, los castellanos no hicieron reclamos. Ribaut llegó un año después. No obstante no pasaría tanto tiempo hasta que los españoles permitieran tal cosa, pues encima de que los invasores eran franceses, también eran protestantes, por lo cual al asumir Felipe II envía a Menéndez como gobernador de la Florida, quién de paso, además, debía exterminar a los franceses. Luego de llegar a América, Menéndez fundó San Agustín un poblacho en la costa a poco más de 60 km al sur de la de los hugonotes, punto que es considerado como la primera ciudad creada por europeos en el territorio de Estados Unidos (sin tener en cuenta a Puerto Rico). Todos los franceses fueron asesinados, los capturados como Ribaut más tarde, igualmente rematados. Los españoles demostraron su autoridad y se hacían fuertes en la Florida.

Para Inglaterra la oportunidad llegaría con la reina Isabel, cuando a España, terriblemente agotada por librar una guerra en múltiples frentes contra el Protestantismo, sin una industria ni tampoco una agricultura desarrollada, no tiene mejor idea que marchar con su Armada Invencible a invadir Inglaterra. Ya sabemos que los resultados fueron desastrosos para los castellanos, aunque también hay que admitir que las incursiones contra los barcos españoles llevadas a cabo por John Hawkins y Francis Drake fueron provocadoras. Se dice que todo empezó en una ocasión, cuando por reparaciones, los corsarios debieron permanecer en los puertos de México y luego de dejarlos pasar traicioneramente fueron devastados por los castellanos, sobreviviendo sólo los barcos de Hawkins y Drake. El hecho de que estos dos resultasen vivos le costó caro a España, pues de ahí en más la vida de estos marinos, apoyados por Isabel se convirtió en una obsesión para perjudicar a España.

Más tarde Drake se lanzó a viajes, en especial por el estrecho de Magallanes y en su honor se bautizó otro en los alrededores, el estrecho de Drake, y más tarde saqueó todas las costas y barcos españoles que halló a su paso hasta llegar a América del norte. Él fue el primer inglés que vio la costa de California, ingresando a la bahía de San Francisco, y marchó hacia el norte hasta Oregón, desde donde decidió volver. Tomó posesión de algunos territorios en nombre de Inglaterra y dio la vuelta al mundo, llegando a su patria en 1580 luego de tres años. Pero no fue el único, pues mientras daba su enorme viaje, los ingleses y otros exploradores continuaron buscando el supuesto paso del Atlántico al Pacífico. De todos el nombre de Humphre Gilbert es importante, pues luego de combatir a españoles y tratar de descubrir el dichoso paso, y como su interés iba más allá, le solicitó a la reina Isabel las palabras que todos suponemos: “colonos y colonización”. Isabel aceptó pero le sugirió obtener tierras totalmente fuera de la órbita española. Gilbert llegó a Terranova y esta se convirtió en la prima colonia con digna de consideración, la primera de ultramar en América perteneciente a los ingleses. Al final el pobre Gilbert moriría en una tormenta, en su ley, en el mar. Su medio hermano, Raleigh heredó el permiso de colonización de Norteamérica, ya que la corona inglesa se había entusiasmado con la idea.  En 1584 con Raleigh ausente llegaron dos barcos de colonos a lo que hoy es Carolina del norte, y con ciertos éxitos en cuanto a exploración se llamó a la región Virginia, en honor a la reina virgen Isabel. Dicho territorio cubría todo lo que hoy era la costa este de los Estados Unidos al norte de Florida.

Al parecer Raleigh también fue uno de los pioneros al importar patatas y estimuló la plantación de estas en Europa, donde pronto encontró gran popularidad. Luego llegaron más colonos ingleses a la isla Roanoke pero todos terminaron volviendo. A su regreso también llevaron tabaco. En 1587 hubo un segundo intento a la misma isla y el 8 de agosto de ese año nació allí un niño, nieto de White el líder de la expedición y se le llamó Virginia Dare, siendo el primer vástago de padres ingleses que nació en territorio actual de los Estados Unidos. White se marchó de allí y regreso en agosto de 1591 pero no encontró ni una sola persona viva, se los había tragado la tierra. Todo parece indicar que fueron exterminados por los indios. Así entonces llegamos a inicios del siglo XVII cuando España era el verdadero y único reino que tenía territorios bajo su dominio en el actual Estados Unidos.


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