Existen pueblos de Burgos que, por su proximidad a Vizcaya, parecen más vascos que castellanos. Por el contrario, hay pueblos vascos que parecen una continuación de Castilla y León, como es el caso de Balmaseda. Situada junto al burgalés Valle de Mena, esta población vizcaína es de visita obligada si se visitan las Merindades.
Balmaseda, Vizcaya (País Vasco). Foto: Belén Valdehita
El río Cadagua, que deja preciosos paisajes desde su nacimiento en la provincia de Burgos, se adentra en el País Vasco y atraviesa Balmaseda. Este municipio posee un bello entorno natural, un interesante patrimonio monumental, un precioso casco antiguo y una exquisita gastronomía que nos deja claro que ya estamos en el País Vasco.
Recorriendo las calles de Balmaseda
Rodeada por los verdes montes de Ordunte, la población de Balmaseda es perfecta para ser recorrida a pie. Según nos adentramos en el pueblo iremos contemplando agradables plazas, cuidados jardines y elegantes calles.
Iglesia de San Severino, en Balmaseda. Foto: Belén Valdehita
Por la avenida de las Encartaciones llegamos al casco antiguo, de origen medieval. Tanto en esta zona del pueblo, como en su entorno, podremos contemplar varios monumentos y lugares de interés. Como Bien de Interés Cultural está catalogada la Parroquia del Santo Cristo de San Severino, de estilo gótico. Más o menos de la misma época, siglo XV, es la Iglesia de San Juan, aunque tanto su torre como el pórtico son posteriores. Del siglo XVIII y barroco es el edificio del Ayuntamiento, también declarado de Interés Cultural.
Puente Viejo de Balmaseda. Foto: Belén Valdehita
Uniendo dos zonas del pueblo, y sorteando el río Cadagua, encontramos el Puente de la Muza, también llamado Puente Viejo, del siglo XIII.
Otras visitas imprescindibles en Balmaseda son los palacios de Horcasitas o Buniel, del siglo XVII, y el de Urrutia, del siglo XVII; la ermita románica de San Sebastián y el Monasterio de Santa Clara, del siglo XVII, y actualmente reconvertido en hotel.
La oferta cultural y festiva de Balmaseda
En la localidad de Balmaseda podremos visitar tres museos de lo más variados. El primero de ellos es el de la Historia de la Villa. Está ubicado en la iglesia de San Juan del Moral, y ofrece un amplio recorrido por la historia y el patrimonio de la población.
Iglesia de San Juan / Museo de la Historia de la Villa. Foto: Belén Valdehita
El Centro de Interpretación de la Pasión se halla alojado en la iglesia del convento de Santa Clara. Nos muestra todo lo relacionado con la Semana Santa de la villa, especialmente con el Vía Crucis Viviente. Podremos ver vestimentas, pasos, objetos, o imágenes, además de sonidos relacionados con esta solemne representación.
Una visita curiosa es la de Fábrica de Boinas "La Encartada", que acoge un museo textil. Es una perfecta muestra de lo que era una fábrica durante la época de la Revolución Industrial.
Centro de Interpretación de la Pasión. Foto: Belén Valdehita
En cuanto al lado más festivo de Balmaseda, la villa celebra eventos como la ya mencionada “Pasión Viviente de Cristo”, que tiene lugar el Jueves y el Viernes Santo e implica a más de 600 vecinos que representan por sus calles escenas de la Pasión; la Romería de la Subida al Monte Kolitza, la Víspera de la Pascua de Pentecostés; la festividad de Nuestra Señora del Carmen, el 16 de julio; las fiestas por el Patrón de la ciudad, San Severino, el 23 de octubre; el Mercado Medieval o el Carnaval.
Casco antiguo de Balmaseda. Foto: Belén Valdehita
Comer y dormir en Balmaseda
Estamos en el País Vasco, y tanto en el casco antiguo como en el resto de Balmaseda podremos encontrar numerosos bares y restaurantes donde comer deliciosos pintxos. Pero si hay algo tradicional en la gastronomía de la localidad es la Putxera. Su origen se remonta al siglo XIX, cuando los maquinistas de la línea del ferrocarril Bilbao-La Robla (León) se preparaban un contundente cocido al calor del carbón de las máquinas. Para prepararlo utilizaban una olla llamada putxera, que en su parte baja albergaba el carbón. Elaborada con alubias, tocino, chorizo y morcilla, la Putxera se sigue cocinando en Balmaseda como antaño. Otra receta tradicional son las patatas a la balmasedana, unas riquísimas patatas con anchoas. Todo ello se acompaña de txakoli, un vino blanco típico del País Vasco que se elabora en Balmaseda desde el siglo XV.
El río Cadagua a su paso por Balmaseda. Foto: Belén Valdehita
A la hora de dormir, podremos darnos el lujo de alojarnos en un auténtico monasterio del siglo XVII. Se trata del Hotel San Roque, ubicado en el antiguo Monasterio de Santa Clara. Otras propuestas de alojamiento son el Albergue La Garbea y el Albergue Refugio Kolitza.
Balmaseda es una perfecta primera parada en nuestro recorrido por el territorio de Vizcaya, antes de visitar lugares como la ciudad de Bilbao, situada a sólo 30 kilómetros.