Revista Insólito
Según la noticia del platero Luis Rodríguez, originario de Valladolid, las minas de plata de Zumpango fueron las primeras que se explotaron "hasta sacar plata limpia". Las de Taxco se descubrieron en 1534, y en 1570 ya formaban un conjunto de Tres Reales de Minas y seis cabeceras, a las que, diez años después, se habían sumado otras seis. Pero la plata obtenida de ellas durante los treinta primeros años fue relativamente poca.
En 1546 Juan de Tolosa descubre las minas de plata de Zacatecas. Por la excepcional riqueza de sus primeros minerales, su desarrollo fue muy rápido mientras se explotaron las zonas superficiales.
La mina de Santa Bárbara en Chilhuahua, situada a 2000 km de México capital, para llegar a la cual hay que pasar los desiertos subtropicales de la meseta, se descubrió en 1547.
La primera veta de Guanajuato, la descubrieron en 1548, según cuenta el P. de Acosta, unos arrieros de don Juan de Rayas camino de Zacatecas al encender una hoguera. Diez años después (1558) se descubrió la famosa Veta Madre que, junto con la mina Valenciana, hicieron famosa la ciudad.
En la mina La Valenciana se abrió un tiro, llamado de El Santo Cristo de Burgos, de 150 metros de profundidad; el de Nuestra Señora de Guadalupe profundizó hasta 345 metros y, por último, en el Pozo General, Señor San José, octogonal, de 26,8 m de perímetro, se llegó a 514 metros. Según Humboltdr este pozo fue uno de los más grandes y audaces empresas de la historia de la minería.
En esta cita incompleta de las minas más importantes es obligada, por último, una referencia a las Minas de Padhuca y Real del Monte situadas a sólo 100 km de la capital, a cuyo descubrimiento (1552) se apuntaron varios descubridores acaso porque varias fueron sus vetas. Entre estas minas ha pasado a la historia de la metalurgia, de forma especialmente señalada, la Purísima Grande en Pachuca porque en ella ensayó Bartolomé Medina su método de amalgamación para el beneficio de las minas de plata, minas que, en aquel yacimiento, contenían plata nativa, y tam bién en forma de cloruro y bromuro y algunos sulfuros.
Como puede apreciarse los hombres de Cortés recorrieron puestos y desiertos del territorio de Nueva España y por ello siguieron abriéndose establecimientos que luego tomarían el nombre de Reales de Minas; y ocurrió de tal forma que casi todas las minas que hoy siguen explotándose empezaron a rendir metal en los primeros treinta años de la conquista.
En aquel hervor expedicionario, Pedro Almíndez Chirinos, José de Angulo y Cristóbal de Oñate, en sus andanzas por los alrededores de la actual ciudad de Durango, tuvieron noticia de la existencia de una Montaña de Plata. Nuño de Guzmán, envió en 1552, a Ginés Vázquez del Mercado en busca de aquella Montaña, que resultó ser sólo un cerro y de mineral de hierro. A regresar, Ginés fue herido por los repehuanes y de ello falleció pronto en Juchilpila (Zacatecas), pero su apellido se asoció a la realidad del Cerro -que no montaña- que pasó a conocerse como Cerro del Mercado.
Durante los primeros años apenas se explotaron los minerales del Cerro del Mercado. Sólo los herreros rurales de lugares próximos obtuvieron hierro en pequeñas ferrerías para fabricar algunos aperos. La noticia es así de poco concreta porque los cronistas e historiadores de la Nueva España apenas se ocuparon -más bien no se ocuparon de nada- de la minería e industria del hierro que, sin embargo, tuvo mucha importancia. Una vez más el pobre Oro desplazaba la atención debida al valiso hierro.
De Battroid, Dominio público, commons.wikimedia
Minería Guanajuato
Felipe Calvo, humanista palentino.
Ensayos y escritos en "Curiosón".