Revista Comunicación
El teletrabajo es una palabra que no termina de caer bien en España. Supongo que finalmente se hará cargo de todas las connotaciones negativas posibles y será sustituida por otra que pueda mencionarse sin que surjan en nuestra mente concep-tos como “escaqueo”, “descontrol”, “desconfianza” y otros peores.Un informe elaborado por el Instituto de Empresa y la consultora Kreab Gavin Anderson, titulado “Nuevos modelos de organización del trabajo en las empresas del Ibex 35” ha revelado que el 45% de las empresas ofertan diferentes opciones de teletrabajo, aunque en más de la mitad de los casos se trata simplemente de que los empleados pueden elegir no acudir algún día a la oficina.El teletrabajo reduce los costes del centro de trabajo, reduce el número de bajas laborales, la rotación de empleados y hace más robusta a la empresa frente a adversidades, como inclemencias meteorológicas, huelgas o fallos en la red de transporte. Aunque conozco muchos más beneficios del teletrabajo, no quiero que esto parezca un panfleto publicitario. Con despertar el interés por el tema me doy por satisfecho.