Cuando te jubiles, piensa y actúa como si todavía estuvieras trabajando; mientras estés trabajando, piensa y actúa un poco como si ya estuvieras jubilado – Anónimo
¿Seguro que quieres trabajar hasta los 100?
Me llaman mucho la atención todas las previsiones que justifican que será necesario retrasar la edad de jubilación hasta los 67 años o puede que más en el futuro. En todos los análisis que he leído solo he visto palabras y muy pocos datos. Desde el principio he tenido la sospecha que el retraso de la edad de jubilación tenía gato encerrado. He tenido la suerte de encontrar tres blogs que me han dado las claves para afirmar que
retrasar la edad de jubilación no tiene justificación alguna desde el punto de vista económico
¿Quién soy yo para afirmar esto? Nadie, pero vista la capacidad de análisis y predicciones que han hecho casi todos los sesudos economistas y/o gurús de la economía espero que concedáis el beneficio de la duda. Voy a tratar de dar una visión distinta y en la medida de lo posible, basada en datos y en puntos de vista distintos. El lector escéptico pensará y con toda la razón, que quizá solo estoy cogiendo los datos que me interesan para justificar mi opinión. Está en lo cierto, y eso es lo que hacemos todos, pero los datos están ahí y cada uno los podéis filtrar como queráis. Es más os animo a que los busquéis por vuestra cuenta. Hecho este “disclaimer” vamos al asunto.
Hace años se pronosticó erróneamente una crisis energética de tamaño mundial por el agotamiento de las reservas de petróleo. La realidad de hoy en día es que las previsiones no apuntan a que esto vaya a ocurrir. Al contrario de lo que se pensaba, varios factores han hecho que estas predicciones fallaran. Las técnicas de prospección y extracción del crudo han mejorado y se han abaratado como consecuencia del progreso tecnológico, haciendo que lo que antes eran yacimientos desconocidos y caros de explotar, ahora sean rentables. Además, cada vez somos más conscientes de que hay que ahorrar combustible y energía, y eso ha puesto una gran presión para producir coches eléctricos (que tuve la oportunidad de probar) y/o motores híbridos. También se han descubierto nuevas fuentes de energía (eólica, fotovoltaica, mareomotriz, etc…), que hacen que no seamos tan dependientes del petróleo y que baje su demanda. Todo ello hace que las reservas se alarguen. Obviamente, nadie hace 30 años podría imaginar que íbamos a descubrir un agujero de ozono, o que el CO2 provocaría el efecto invernadero o que se iba a explorar en zonas entonces impensables. De ahí el fallo de las predicciones.
Hablando de predicciones, Nassim Taleb en su cisne negro, ya apuntaba que todo aquello que se quiera vaticinar o pronosticar en un sistema tan infinitamente complejo y caótico (en el sentido matemático del término) como la sociedad, será casi con toda seguridad falso. Os sitúo con un ejemplo. El clima es uno de estos sistemas, donde miles de variables influyen. A día de hoy las predicciones son muy certeras a dos/tres días vista, pero es imposible saber qué tiempo hará dentro de 1 semana, ¿qué nos impide saberlo? Pues que a día de hoy, aun con la gran potencia de cálculo que tenemos, el número de datos y de variables que habría que incorporar en el sistema para hacer estas predicciones supera al tiempo que tendríamos que esperar para saber los resultados. Es decir, que para cuando tuviéramos todos los datos, ya habría pasado la fecha que queríamos predecir. Y eso dando por supuesto que los modelos alimentados por estos datos fueran correctos. Si esto ocurre con un sistema físico, ¿os imagináis lo que ocurre son un sistema social donde factores como miedo, desconfianza, inseguridad, ira, envidia, amor… entran en juego? Conclusión: lo siento, pero es IMPOSIBLE de predecir. Como mucho, como dice Taleb podremos blindarnos contra imprevistos, pero estamos muy lejos (yo creo que es imposible) de predecir el comportamiento de un sistema político, social y económico como en el que vivimos.
Cuando se nos dice que el actual sistema de pensiones es insostenible se basa en el argumento de la pirámide poblacional. Cada vez seremos menos trabajando y cada vez habrá más gente a la que mantener con nuestras pensiones. Pues bien, esto mismo ya ha ocurrido en el pasado con otro sistema económico: la producción de alimentos. Fueron muchos los que pronosticaron que habría enormes hambrunas si seguía aumentando la población. Según datos del INE, en el pasado el 18% de la población se dedicaba a la agricultura para dar de comer al 72% restante. Hoy tan solo se necesita un 5% de la población para abastecer a más población. ¿Cómo ha sido esto posible? Pues porque las tecnología agraria (aun con algunos aspectos negativos) ha mejorado exponencialmente (y aquí el término exponencial es importante) durante los últimos años. Es decir, con mucha menos gente trabajando, se está logrando dar de comer a mucha más gente que antes.
Kevin Kelly (del que ya traduje para vosotros mejor que gratis) en su artículo Was Moore’s Law Inevitable?, explica muy bien la Ley de Moore y el exponencialmente imparable avance del progreso tecnológico. Esta ley postula que “aproximadamente cada 24 meses se duplica el número de transistores en un circuito integrado”. Todos la hemos vivido y todos la hemos conocido, móviles, televisiones, ordenadores, GPS todos, avances quirúrgicos, han seguido esta ley. Es decir, cada vez hacemos más cosas, más eficientes y en menos tiempo. En realidad y contrariamente a lo que parece, la única amenaza que nos podría parar no es tanto el incremento de la población sino su posible reducción drástica que pudiera mantener este nivel de ideas, producción e innovación como ya apunté en este artículo. Por ejemplo, cuando comenzó el proyecto genoma humano, pocos podían preveer que se finalizaría antes del final del siglo XX. Hoy hay un concurso, organizado por la Singularity University (no os perdáis su web) que premiará a aquellos capaces de ¡secuenciar 100 genomas en menos de 10 días! Es decir, el avance en unos pocos años ha sido exponencial.
Es donde entra en juego mi tercera fuente Kurzweil en cuyo artículo “The Law of Accelerating Returns” se basó Kevin. Según este autor, será inevitable que nos fusionemos con máquinas y redes neuronales inteligentes, formando parte de un intelecto global que paliará los efectos de la reducción de población y que además hará que se produzca un punto de singularidad (en el término físico del término) en el que progreso tecnológico alcanzará cotas inimaginables. En su opinión nos llevará a la inmortalidad. El artículo (ensayo) es para imprimirlo completo y leerlo con calma, pero me sirve para afirmar lo siguiente.
Salvo cataclismo mundial, no será necesario elevar la edad de jubilación porque la productividad mundial (a pesar de la actual crisis) va a crecer de manera exponencial en los próximos años.
Se que todo esto puede parecer ciencia ficción pero, aunque estas predicciones tan optimistas no se cumplan exactamente así, lo más razonable es pensar que con mucho menos hagamos mucho más. Hace 10 años no había móviles e internet estaba en pañales. Hoy en día una enorme proporción de nuestro trabajo y productividad se basa en ellos. Por cierto, el profesor Kurzweil es una de las personas detrás de la Singularity University, que este mismo año ha lanzado una serie de premios, uno de los cuales consiste en ser capaces de transmitir mentalmente una serie de cifras y letras a un ordenador, ¿os podéis hacer una idea del aumento en la productividad de un sistema así? Yo no. ¿Os suena imposible? ¿Os podías imaginar hace tiempo algo como la Wii o las nuevas consolas que detectan el movimiento? Pensad en ello.
Además de este seguro aumento en la productividad, el punto de vista del profesor Vicens Navarro en este aspecto es imprescindible (La Seguridad Social en España es Inviable), porque la teoría del retraso de la edad de jubilación asume algunos conceptos que no tienen por qué ser ciertos:
Cuando nos jubilamos dejamos de ser “productivos”. Dejando al margen que los pensionistas también cotizan, es falso pensar que uno se jubila y se pasa todo el día viendo la tele o jugando a las cartas. Seguimos produciendo aunque en otros sectores. Cuidado de nietos, voluntariado, trabajos no remunerados. Parafraseando al poeta, los jubilados quizá no tengan precio, pero sí un elevado valor ético, económico y social.
Otra asunción peligrosa es que preferimos jubilarnos más tarde a pagar más impuestos ahora. Sabiendo que habrá más riqueza para todos ¿Tú qué prefieres, qué te suban 1 punto el IRPF de aquí a los próximos 10 años y poderte jubilar a los 65 o antes? ¿O que te mantengan ese IRPF y tenerte que jubilar a los 67 ó 70? Se dice que pagar las pensiones cuesta ya un 9% del PIB, y que si llegara al 18% la situación sería insostenible. Pues bien en Italia ya es esa cantidad y el sistema no se ha colapsado. Asumiendo un modesto crecimiento económico del 1,5% del PIB hasta el año 2050, y asumiendo una linea de base la la productividad de 100 para la actualidad, esto supondría que para esa fecha, el PIB será de 227, lo cual dejaría más dinero tanto para las pensiones como para otras partidas. El aumento de productividad que está por llegar, hará que haya más dinero para todos, y un 18% del PIB en el año 2030 será proporcionalmente mucho menos de lo que supone ahora. Por tanto,
con menos personas seremos capaces de generar más riqueza para todos. Trabajando mucho menos y produciendo mucho más.
Una tercera asunción es que todo el mundo trabaja en lo mismo. Y no. No es lo mismo jubilarse a los 67 o 70 años siendo o habiendo trabajado como empleado de banca que siendo albañil. Hay varios estudios que demuestran que la salud del segundo es mucho peor (unos 10 años peor) que la del primero a la misma edad. Para una gran parte de la población, sería terriblemente injusto hacerles trabajar 4 o 5 años más.
Finalmente tampoco hay que descartar lo contrario, que haya personas que quieran y puedan trabajar más allá de los 60 o 70 años. Mi abuelo fue una de esas personas, le gustaba lo que hacía, quería mantenerse ocupado y estuvo trabajando como delineante hasta casi los 75 años. Eso sí, el sistema actual le impedía hacerlo de forma legal y tuvo que hacerlo de “tapadillo”. ¿Por qué no se habilitan mecanismos para que esto sea posible? Quizá un pensionista no quiera trabajar 8 horas diarias, pero si cobra parte de la pensión y además puede complementarla con 4/5 horas, ¿por qué no permitírselo?
Y esto nos lleva a la situación actual. Pensar en retrasar la edad de jubilación sin tener en cuenta este efecto no es más que una maniobra cortoplacista para calmar a algunos inversores (también cortoplacistas). Por desgracia, como todo nuestro sistema está fuera de nuestro control, sería imposible afirmar esto sin que se produjera un éxodo masivo de capitales. Pero en esas estamos. Eso sí, espero que este artículo os sirva para reflexionar desde otro punto de vista, cuando alrededor de ese cafelito en la oficina aparezca el tema de las pensiones, y alguien apunte como “inevitable” retrasar la edad de jubilación. Como bien apunta uno de los lectores del cafelito, lo de la pensiones es un debate sin debatir.
Siempre os lo pido, pero creo que sería bueno incorporar esta perspectiva en la discusión, así que re-enviar y compartir este artículo con vuestros amigos, conocidos y compañero de trabajo, porque el momento para evitar que nos hagan trabajar más años sin motivo es ahora. En caso contrario solo tendremos la opción de seguir estos dos consejos para no jubilarnos a los 67 años.
¿Cómo veis todo esto de alargar la jubilación? ¿A qué edad os gustaría jubilaros? Espero vuestros comentarios.
La locura del retraso de la edad de jubilación en España is a post from: Un Cafelito a las Once - 1C11
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