La enfermedad es tan antigua como el ser humano mismo, desde el surgimiento de nuestra especie
hemos lidiado con bacterias , microbios, parásitos y afecciones de todo tipo, enfermedades menores y pasajeras o pandemias devastadoras, de las que siempre hemos emergido. Pero existen otros males que nos destruyen, muchas veces sin afectar nuestro cuerpo, haciendo nido en nuestra mente, llenándola de monstruos y sombras, en las que muchos de nosotros han perecido, perdiendo poco a poco la conciencia de su propia identidad.A lo largo del los siglos XVII y XVIII en Europa, los enfermos mentales eran cuidados por sus familia o vagaban, abandonados a su suerte por campos y ciudades mendigando, en la completa indigencia. Las monarquías construyeron hospitales, donde recluían a todos aquellos enfermos, que consideraban "perturbadores de orden social", pero las condiciones de aquellos centros eran deplorables.
A comienzos del reinado de Luis XVI, en Francia un movimiento filantrópico llevó hasta el Rey las denuncias de las miserables condiciones en las que se encontraban aquellos recluidos en los Hospitales Generales del reino, tanta fue la presión ejercida que el Rey encomendó una inspección que dictaminara el estado de "los locos internados ", el informe redactado por Jean Colombier, Inspector General de Hospitales civiles y Prisiones del reino reflejaba un horrible panorama:
.."millares de insanos son encerrados en las prisiones sin que nadie piense en el menor de los remedios.
" El semiinsano se confunde con el insano perdido; el furibundo con el loco tranquilo: a unos se les encadena, a otros se les deja en libertad en su cárcel; en resumidas cuentas, a no ser que la naturaleza acuda en su auxilio y los cure, el término de sus males es el de sus días, y desgraciadamente hasta entonces, la enfermedad no hace sino aumentar en lugar de disminuir".
Aquel informe tuvo gran repercusión en la nación, y a pesar que las reformas para mejorar la situación fueron temporalmente interrumpidas por la Revolución, las nuevas autoridades de Francia pusieron en práctica las recomendaciones de Colombier, reformando completamente la atención para los alienados de su mente.
Retrato de William Norris
Las reformas se fueron extendiendo por todo el continente, en 1814 un reformador, miembro del Parlamento británico encontró en el Hospital de Betlhem a un ciudadano americano llamado William Norris. El desdichado hombre había sido encadenado a un dispositivo de hierro permanentemente desde hacía más de una década y se encontraba en infrahumanas condiciones. El caso conmocionó a la opinión pública y llevó la realidad del movimiento de reforma de los asilos hasta el Reino Unido.Los alienistas eran de hecho los encargados de cuidar, comprender y estudiar a quienes sufrían de enfermedades mentales, el término se originó en la Francia revolucionaria e incluso el padre del psicoanálisis, quien creó un enfoque completamente nuevo para la comprensión de la personalidad humana fue alienista.
En 1808, en Alemania el médico Johan Christian Reil, defendió por primera vez la creación de una disciplina médica independiente, que nombró psiquiatría. Ambos términos se mantuvieron en uso, pero con el desarrollo de la psiquiatría los problemas del alienismo fueron cada vez más obvios y fue quedando atrás.
Recordando su experiencia y estudios como joven alienista, Carl Jung( el más cercano colaborador de Freud ) escribió:
- " Nuestra formación cómo alienistas estaba muy relacionada con la anatomía del cerebro pero no con la psique humana" ," observaciones meramente clínicas -y la subsecuente post mortem, cuando uno solía mirar a un cerebro que no mostraba signos de anomalía- no eran particularmente esclarecedoras".
"El axioma ´Las enfermedades mentales son enfermedades del cerebro´ no le decía a nada a nadie".
Freud y Jung se concentraron en la psicología de los trastornos mentales en vez de en su neurología o fisiología como lo hacía el alienismo y de esta forma influyeron profundamente en la forma de los psiquiatras y psicólogos, aún llamados alienistas a principios del siglo XX, conceptualizaron los síntomas. Parecía que la era del alienismo puro y frío, concentrado en la definición de síntomas neurobiológicos y físicos había acabado, dando paso a una etapa donde el tratamiento de las enfermedades mentales había evolucionado a un concepto menos técnico y que comprendía más los pliegues de la psiquis, sin embargo el reconocido psicólogo físico y forense Stephen A. Diamond en un artículo para la revista Psychology Today planteaba recientemente una perturbadora reflexión:
" Fascinantemente, el péndulo histórico ha oscilado dramáticamente en los últimos 100 años, desde el crudo biologismo de los primeros alienistas hasta los penetrantes conocimientos de la psicología profunda en el siglo XX y ahora, lamentablemente de vuelta a nuestra conceptualización predominantemente neurobiológica y médica"