¿Qué es el colesterol? El colesterol es una grasa natural, presente en el organismo y necesaria para el correcto funcionamiento del cuerpo humano. La mayor parte del colesterol se produce en el hígado y el resto, es aportado por la dieta.
Aunque el colesterol es necesario para muchos procesos de nuestro organismo, como fabricar hormonas, ácidos biliares y vitamina D, un exceso de colesterol es perjudicial para la salud.
El exceso de colesterol en sangre, denominado hipercolesterolemia, se deposita en las arterias. Este exceso forma placas de ateroma, que estrechan los vasos sanguíneos y los vuelve menos flexibles, produciendo aterosclerosis.
La aterosclerosis produce enfermedad cardiovascular, que es la principal causa de muerte en los países desarrollados. Esto puede traducirse en enfermedad coronaria (infarto de miocardio), enfermedad cerebrovascular (ictus o infarto cerebral) y enfermedad arterial periférica.
TIPOS DE COLESTEROL
El colesterol se transporta por el cuerpo uniéndose a unas proteínas llamadas lipoproteínas. Existen dos tipos:
·LDL – (Low density lipoprotein) – Lipoproteínas de baja densidad. Son las encargadas de transportar el colesterol a los tejidos para su utilización, incluyendo las arterias. Se conoce como colesterol malo, a mayor nivel en sangre, mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.
·HDL – (High density lipoprotein) – Lipoproteínas de alta densidad. Son las encargadas de recoger el colesterol sobrante y devolverlo al hígado para su eliminación a través de la bilis. Se conoce como colesterol bueno, a menor nivel en sangre, mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.
NIVELES DE COLESTEROL
·Colesterol total – Normal por debajo de 200 mg/dl
·LDL – Normal por debajo de 100 mg/dl
·HDL – Normal por encima de 40 mg/dl y protector por encima de 60 mg/dl
PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DE LA HIPERCOLESTEROLEMIA
En algunos casos, existe una historia de colesterol familiar, ligada a la herencia y los genes. En este caso, el colesterol elevado puede afectar a toda la familia, pero se pueden aplicar medidas para bajarlo.
El colesterol también se ve influido por la edad y el sexo. Antes de los 50 años, el colesterol es más elevado en los hombres. Después de esa edad, y condicionado por la menopausia, los niveles de LDL tienden a subir en las mujeres.
Para disminuir las cifras de LDL y elevar las de HDL, manteniendo unos niveles protectores en sangre, se deben tomar ciertas medidas:
ALIMENTACIÓN – Ya hemos explicado que el colesterol se sintetiza en el hígado, pero también recibimos un aporte extra por los alimentos.
Nuestro organismo necesita grasas para su correcto funcionamiento. Las grasas aportan energía, ácidos grasos esenciales y vitaminas liposolubles. Pero no todas las grasas son iguales, y conocer la diferencia entre las mismas es lo que nos ayudará a llevar una alimentación saludable y a mantener el colesterol a raya.
·Grasas saturadas – Son las grasas que más aumentan los niveles de LDL en sangre. Presentes en alimentos de origen animal (carnes rojas, embutidos, vísceras, paté, salchichas), lácteos enteros, quesos grasos, nata y mantequilla y algunos aceites vegetales, como el de palma y el de coco.
·Grasas monoinsaturadas – Ayudan a reducir los niveles de colesterol en sangre. Este tipo de grasas se encuentra en frutos secos, en el aguacate y en el aceite de oliva. Además, la grasa monoinsaturada eleva los niveles de colesterol HDL (colesterol bueno)
·Grasas poliinsaturadas – También disminuyen los niveles de LDL en sangre, aunque no aumentan los de HDL. Se encuentran presentes en aceites vegetales, como el de girasol, maíz y soja, en nueces y frutos secos y en el pescado azul. Los ácidos grasos omega 3 (linolénico) y omega 6 (linoleico) se encuentran dentro de este tipo de grasas.
·Grasas trans – Son las más perjudiciales en el aumento del riesgo cardiovascular, ya que aumentan los niveles de LDL y disminuyen los de HDL. También parece ser que aumentan el riesgo de padecer diabetes. Se encuentran en alimentos que han sido sometidos al proceso de hidrogenación, para transformar las grasas insaturadas en grasas más estables para su manipulación. Este tipo de grasas se encuentra en aceites baratos, y sometidos a altas temperaturas. Presente en alimentos precocinados, bollería industrial, aperitivos…
Una dieta equilibrada, con abundancia de frutas, verduras, pescados, legumbres, harinas integrales, lácteos desnatados y carnes magras (pollo, pavo, lomo y solomillo de ternera y cerdo), ayuda a reducir los niveles de colesterol. Evitar el consumo de productos preparados, leer bien las etiquetas para entender la cantidad de grasas y el tipo que llevan, es muy importante. Cuantos más productos frescos consumamos y menos productos envasados, más fácil será evitar las grasas saturadas y las “trans”.
EJERCICIO FÍSICO – La falta de actividad física contribuye a aumentar el riesgo cardiovascular. Realizar ejercicio físico a una intensidad moderada de forma regular, entre 3 y 5 veces a la semana, ayuda a disminuir las cifras de LDL (colesterol malo) y a aumentar las de HDL (bueno). Además, el ejercicio nos ayuda a mantenernos en nuestro peso ideal.
REMEDIOS NATURALES – Está comprobado científicamente que hay sustancias naturales, llamadas fitoesteroles/fitoestanoles (esteroles/estanoles vegetales), que tienen una estructura similar al colesterol humano. Sin embargo, el organismo no puede absorberlas, por lo que, al ingerirlas, interfieren en la absorción del colesterol, disminuyendo las cifras de este en sangre.
Estos fitoesteroles se encuentran en pequeñas dosis en alimentos como frutas y verduras, aceites vegetales, nueces y aguacates, entre otros, aunque con la ingesta diaria, no se consigue la cantidad necesaria. Por eso, algunos preparados alimenticios incorporan estos esteroles vegetales en su composición.
Hay estudios que demuestran que la soja reduce los niveles de LDL en sangre.
También un estudio de la Sociedad Española de Fitoterapia confirma que la levadura roja de arroz, rica en ácidos grasos mono y poliinsaturados y fitoesteroles, ayuda a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos.
Evidentemente, todos estos remedios naturales no tienen ningún sentido si no se combinan con una dieta saludable y la práctica de ejercicio físico.
MEDICACIÓN – En los casos en que las medidas higiénico-dietéticas no sean suficientes, el médico podría pautar medicación para disminuir los niveles de colesterol. No voy a entrar en detalle en este tema, pues, a parte de tener que estar supervisado por un médico, la medicación tiene bastantes efectos secundarios y, en la gran mayoría de los pacientes con hipercolesterolemia, esta se podría reducir con una correcta alimentación y con ejercicio físico. La realidad, que veo muy a menudo, es que los pacientes siguen alimentándose mal, consumiendo muchas grasas saturadas y grasas “trans”, porque, total, la medicación ya se encarga del resto. Sin ir más lejos, mis padres toman ambos medicación para el colesterol. Mi padre es un hombre sedentario y con sobrepeso. Mi madre se mueve más y está en un peso ideal, pero a pesar de eso, en sus comidas no faltan los guisos con chorizo, beicon o tocino en abundancia, los empanados y rebozados. Cuando hace tiempo decidí cambiar mi alimentación, comer en casa de mi madre se volvió un problema, pues a pesar de insistirle en que yo no como grasas, ella le sigue poniendo “beicon a las lentejas y dice que yo se lo aparte si quiero” o haciendo el pescado frito, por poner algunos ejemplos.
A PROPÓSITO DE UN EXPERIMENTO
Hace unos meses, me ofrecieron probar un producto de Levadura Roja de Arroz, para reducir los niveles de colesterol. Afortunadamente, con mi dieta y mi ejercicio, tengo un colesterol perfecto, así que yo no iba a tomarlo. Pero tenía al candidato idóneo.
Para preservar su intimidad, le llamaremos R. R es un varón de cuarentaytantos años, que juega al tenis entre dos y tres veces por semana. R lleva una dieta saludable, muy baja en grasas, y cuida mucho su alimentación. Aun así, sus cifras de colesterol siempre están un poco por encima de los deseados 200 mg/dl, con cifras de LDL por encima de 100 mg/dl.
Cuando nos llegó la caja de Arkosterol, y para comprobar si de verdad funcionaba, le hice una analítica justo antes de empezar el tratamiento. Durante algo más de 1 mes, R tomó dos comprimidos en la cena y no cambió ningún hábito de su vida, siguió con la misma alimentación y el mismo nivel de ejercicio físico. Después del tratamiento, le volví a sacar una analítica, para comparar las cifras. Y estos fueron los resultados:
Analítica basal
·Colesterol total – 211 mg/dl
·LDL – 141 mg/dl
·HDL – 43 mg/dl
·Triglicéridos – 133 mg/dl
Analítica post-tratamiento
·Colesterol total – 165 mg/dl
·LDL – 100 mg/dl
·HDL – 43 mg/dl
·Triglicéridos – 108 mg/dl
Después de poco más de 1 mes tomando levadura roja de arroz, las cifras de colesterol total han disminuido un 21%, el LDL (colesterol malo) ha disminuido un 29% y los triglicéridos se han reducido en un 18.8%. Lo único que no hemos conseguido aumentar el HDL o colesterol bueno. A la vista de los resultados, R seguirá tomando levadura de arroz roja.
Para concluir, mantener el colesterol a raya es fundamental para prevenir enfermedades potencialmente mortales. Está científicamente probado que una dieta baja en grasas saturadas y grasas “trans”, combinada con ejercicio físico regular y unos hábitos de vida saludable, disminuyen las cifras de colesterol total y del colesterol malo. Si a pesar de estas recomendaciones, el colesterol sigue estando elevado, tomar suplementos de levadura de arroz rojo o algún fitoesterol, parece que funciona. En casos graves o persistentes, en los que las medidas higiénico-dietéticas no funcionen o en pacientes con riesgo elevado, se deberá consultar con el médico, que indicará el tratamiento oportuno. Si estás preocupado por tu salud y tu colesterol, hay mucha más información en la web Fundación Hipercolesterolemia Familiar.