Arándanos frescos
Yogur es normalmente reconocido como un producto saludable. Tiene una consistencia liviana, algo harinosa y es un poco agrio. Para el paladar es una experiencia muy diferente a la suavidad del mascarpone con su alta cantidad de grasa y su suave sabor a queso. Para muchas personas eso significa muchas calorías y por lo tanto menos salud. Por suerte, ambos tienen un buen sabor y ambos pueden dar salud. Una de las formas de obtener salud es el verdadero disfruto. El sabor y la salud que un alimento proveen deben estar balanceados, pero al momento de comer, lo mas importante debe ser el sabor. Por supuesto que aquellos con una salud desequilibrada deben evitar algunos productos que proveen buen sabor, pero en forma general, el placer del paladar es crucial y debe tener prioridad. Si deseamos tener vidas vivientes, el comer tiene que proveer alegría.
Cuando cociné mi versión nueva de arándanos en vino tinto, comenzó una pelea interna, tratando de decidir que usaría esta vez – yogur o mascarpone. El yogur ganó esta vez. La versión nueva consiste del añadir una manzana y sumo de naranja.
- 150 arándanos frescos
- 120 g azúcar morena
- 3/4 litro vino tinto
- 3 clavos de olor
- 1 tronco de canela (5-6 g)
- 1 cuchara de expreso
- 1 manzana (cortada en trocitos)
- el sumo fresco de una naranja
- 1 cuchara de Hendrick’s Gin
Arándanos en Vino sobre Yogur
Vino, azúcar, arándanos, clavos, canela y expreso se ponen en una hoya y se cocinan a fuego medio, hasta que la mitad del líquido ha sido evaporado. Esto toma unos 30 a 40 minutos. Agite regularmente. Se le añade la manzana y se cocina por unos 20 minutos más. Cuando el líquido se ha reducido a una cuarta parte de la cantidad original – aparentando ser un jarabe – se le añade el sumo de naranja y, si se desea, el gin.
El resultado fué una salsa intensiva con sabor a frutas que va muy bien con la densidad del mascarpone, tanto como con la consistencia fresca del yogur. Por lo tanto, no pelee. Disfrute intermitentamente.