Por Estéfano Dávila | Redactor(I) | [email protected]
(Publicado originalmente en diario El Comercio, Quito, el 10 de octubre de 2018)
Neil Armstrong se convirtió en uno de los héroes mundiales cuando el 20 de julio de 1969, junto con Edwin ‘Buzz’ Aldrin, pisó por primera vez la Luna. Su historia será contada en ‘First Man’, filme sobre la vida del astronauta en el que estará protagonizado por Ryan Gosling.
Durante los últimos años, la exploración lunar ha crecido y más países están explorando el satélite natural, entre esfuerzos autónomos y colaborativos entre las agencias espaciales del mundo. Pero todavía no ha sido posible romper el techo de cristal establecido hace 50 años: ningún ser humano ha vuelto a visitar la Luna desde hace 46 años.
Durante las décadas de los sesenta y setenta, la Agencia Espacial de Estados Unidos (NASA) lanzó nueve misiones a la Luna dentro del programa Apollo. Seis de esas expediciones lograron llevar a astronautas de una manera segura al satélite natural de la Tierra. Solamente 12 personas han logrado pisar la superficie lunar: los primeros fueron Armstrong y Aldrin. Michael Collins, quien también viajó con ellos, nunca salió de la nave a la superficie lunar.
Para lograr esta hazaña, sin embargo, hubo al menos una década de preparación. Entre 1961 y 1968 se lanzaron misiones robóticas para poder monitorear la Luna, en preparación para la primera misión comandada por humanos para hacer una visita efectiva.
Antes de que el programa Apollo se termine en 1972, otros 10 astronautas exploraron la superficie lunar: Charles ‘Pete’ Conrad y Alan Bean, a bordo del Apollo 12; Alan B. Shepard Jr. y Edgar D. Mitchell en el Apollo 14; David R. Scott y James B. Irwin en el Apollo 15; John W. Young y Charles M. Duke a bordo del Apollo 16.
El 7 de diciembre de 1972, la misión Apollo 17 transportó a Harrison H. Schmitt y Eugene Cernan, quienes fueron los últimos hombres que han pisado la Luna. Retornaron a la Tierra el 19 de diciembre. La Unión Soviética, la otra gigante de la exploración espacial, también anotó puntos en los setenta. Entre 1970 y 1973, la Unión Soviética prepara y lanza una misión para depositar un vehículo de exploración en la Luna: el Lunokhod 1 que se convertiría en el primer vehículo controlado de forma remota desde la Tierra.
En los ochenta, en cambio, pasó todo lo contrario: se registró una década de silencio lunar absoluto, en la que ninguna misión se planificó o lanzó. Recién para enero de 1990, Japón lanzó la misión orbital Hiten.
Posteriormente, entre 1994 y 1999, la NASA lanza a Clementine y Lunar Prospector, los ‘cazadores de hielo’. Estas misiones recopilan evidencia de la posible existencia de hielo en los polos de la Luna.
En el año 2003, la Agencia Espacial Europea lanza la misión orbital SMART-1, que logra hacer un inventario de la composición química cercana a la luna. Japón, China e India también se adentran en la exploración, con sus propias misiones orbitales para el año 2007 y 2008.
Hoy, la Luna es observada ya no como una meta final, sino como una estación de paso hacia una meta más ambiciosa: la conquista de Marte. En esta coyuntura, los que antes fueron grandes competidores hoy son grandes aliados. Como parte del plan a mediano plazo para explorar Marte, la NASA lidera ‘Deep Space Gateway’, un programa en el que está trabajando conjuntamente con la agencia espacial rusa Roscosmos para construir una especie de puerto en la órbita lunar.
Junto con el cohete Space Launch System (SLS) y el módulo Orión, la construcción de esta base permitirá explorar la superficie de Marte y lanzar nuevamente misiones tripuladas al espacio, con el probable retorno de astronautas a la superficie lunar para el año 2023.