Tenemos un escenario que parece indicar que podríamos llegar a ver una cierta esperanza para salir de esta crisis. Tal y como dice Roger Senserrich, pero como ya indicaba hace unos meses en un caso y casi un año en el otro, el sector exterior y el turismo extranjero sacan humo de lo bien que van. Fruto basicamente de que las empresas han tenido que poner su empeño en exportar o en atraer clientes extranjeros porqué la demanda interna ha caído y no se levanta.
Como indicaba, a estas alturas tendríamos que haber comenzado a recuperarnos económicamente, aún con lo lentas que son las recuperaciones de las burbujas inmobiliarias y financieras. Indiqué que había varios factores ideológicos de la dirección política europea, el llamado austericidio, que era lo que nos estaba frenando. Al parecer el vicepresidente económico de la Comisión Europea ayer, fruto de la huelga general europea, salió a anunciar lo que los medios consideran un espaldarazo a la política de Rajoy pero que en el fondo es un “chicos ya os habéis estado sucididando suficiente con lo que os hemos recomendado, dejadlo porqué parece que hemos estado haciendo el mandril” o lo que es lo mismo, nos dan dos añitos de respiro sin más recortes y margen para mantener un déficit más alto del que nos estaban marcando. Digamos que ha habido un giro visible a esa ideología que nos estaba ahogando.
No soy tan inocente para creer que esto ha sido fruto de la huelga general, pero entiendo que la política europea tiene sus tiras y aflojas, presiones lobistas para mantener la política de austeridad para evitar que la inflación se dispare en la eurozona y para que los bancos alemanes, principales acreedores de los españoles sean los que sufran la crisis. Por el otro lado hay una presión social para empujar a la política económica europea a no seguir la línea del austericidio. Seguramente este cambio de política de la comisión estaría planificado, pero que sin, precisamente esta presión, o se hubiera retrasado más (la teoría de estirar la cuerda justo antes de que se rompa, para minimizar las pérdidas de la banca europea) o al final los eurócratas no hubieran tenido el marco para poder exponerlo. La huelga general europea ha sido el marco que ha permitido a la vez que ha forzado a Rehn a exponer el cambio de política.
Estos dos factores parecen indicar que ahí a lo lejos comienza a aparecer la luz al final del túnel… lejos, pero al menos se comienza a vislumbrar.
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