www.capconversapendent.org
A propósito del Premio Pulitzer de Ficción 2015, ‘La luz que no puedes ver’ de Anthony Doerr, que aparece de la nada para iluminarnos, quería hablar en este nuevo post. Pues, al contrario de lo que dice el título, sí que la puedes ver. Bueno, mejor que eso, sentir si quieres.Parece un libro de ficción, pero nada más lejos de la realidad, pues luz es algo que cada día vemos con los compañeros con los que me junto en Obertament. Esas personas anónimas llenas de vida, nobleza y humildad entregadas para un bienestar general y singular.
Quizá hoy día estamos tan volcados en nuestros propios sueños y nuestras individuales frustraciones que, en la velocidad y ferocidad acaecida en los días que atravesamos, no nos damos el tiempo necesario para permitirnos observar con detenimiento lo que sucede a nuestro alrededor.
Las personas como yo hemos tenido que aprender a ralentizar nuestro tiempo para permitirnos observar, sencillamente observar qué sucede a nuestro alrededor. Un regalo. Cada día hay un regalo para ti, aprovéchalo. Quizá suene ñoño o extraño, pero inténtalo, algún día comprenderás, que si realmente sigues haciendo lo mismo, al final, sucede.
Pero bueno, estaba hablando de mis compañeros de Obertament, esas personas en las que no hace falta buscar ni escrutar. Acérquense a comprobar quiénes son y verán esa luz de la que nos habla Doerr.
Quizá se pregunten porqué precisamente las personas de Obertament, o cualquier otra entidad relacionada con la salud mental y adicciones, bueno, la respuesta es muy sencilla. Tras dar vueltas por distintos ámbitos del crecimiento personal, pues estas personas mientras otros se preocupaban de ir al colegio y sacar buenas notas, ellas se tenían que preocupar de estar pendientes de un tsunami de emociones, sentimientos y pensamientos encontrados. Han tenido que ir sobreviviendo e ir “tirando” a pesar de las contrariedades cotidianas y universales de la vida, y un sin fin de incongruencias que abarcan desde la propia sociedad de las personas que no les entienden ni estiman, incluso rechazándolos/las sistemáticamente sin llegar a conocerlos/las, pasando por los familiares, que hacen lo que pueden o lo que quieren, ésta sería la pregunta. Y hasta las propias personas de los distintos servicios sanitarios, que muchas veces están para cubrir puestos laborales en lugar de prestar ayuda. Y hasta la suya propia de no poder entender cómo es posible algo así, y ver erróneamente por los ojos cómo, aparentemente ahí fuera funcionan con una “normalidad” y ellos/as eternamente anhelando ser como los demás. Lo que no comprenden y no saben que, a pesar de no ser escuchados siguen adelante, escuchándose y escrutándose a ellos/as de los laberintos emocionales y siguen adelante, se unen para un bienestar común y siguen adelante, se ayudan los unos a los otros, y siguen adelante, se apoyan los unos en los otros sin pedir nada a cambio, como el proceso de polinización de las flores; entregando lo mejor de sí y llegando a los estigmas de otra flor y así seguir proliferando, sencillamente desde el amor.
Ahora, díganme si no son personas realmente extraordinarias. Si no son personas de las que se necesiten más.