«La madre» de Fiona Barton

Un escueto párrafo en el periódico anuncia el hallazgo de unos restos antiguos de un bebé en una zona en construcción de Londres. Muy pocos lectores siquiera le echarán un vistazo.
Para tres mujeres, sin embargo, la noticia es imposible de ignorar.
Para la primera, es el recuerdo de lo peor que le ha pasado en la vida.
Para la segunda, la peligrosa posibilidad de que su secreto más oculto sea revelado.
Para la tercera, la periodista Kate Waters, la primera pista en una carrera para descubrir la verdad.
Secretos guardados durante años, enterrados bajo tierra y en el fondo del corazón, saldrán a la luz para cambiar tres vidas para siempre.
Fiona Barton vuelve con su protagonista Kate Waters en un nuevo thriller imposible de olvidar.

Editorial: Planeta (2018)

Nº de páginas: 544

Formato: Tapa dura / Versión Kindle

Precio: 5,95 / 3,79 €

Excelente novela de suspense cuyo título original, en inglés, es "Child". Me encantan estos cambios radicales en la denominación, en la titulación, a veces tan redondos que se encuentran en la orilla opuesta del mismo río.

Kate es una periodista sagaz que muestra interés por el hallazgo de los restos de un bebé durante la realización de las obras de desescombro previas a la construcción de una nueva urbanización en Londres. Es, sencillamente, la excusa de Barton para poner en marcha a su personaje más emblemático, su alter ego literario, una mujer enérgica que, lejos de respetar las normas, se adelanta a los acontecimientos, a la propia noticia y se convierte en detective, un modo de intrusismo de lo más locuaz, que pondrá celoso a más de un policía.

A priori, pudiera parecer que se trata de un argumento más que trillado, pero no es así, al menos a través del lado del prisma desde el que escribo. He encontrado entre sus páginas un soplo de aire fresco y un gancho en el que quedar atrapado hasta terminar la lectura, a pesar de haber descubierto el desenlace a partir de una pista que a buen seguro pasa desapercibida a la mayoría de los lectores.

En ese momento de relax que sucede a la culminación de una lectura, he paladeado el contenido de esa trama que ya ha pasado, pro que, en cambio, ya forma parte de mí. Es por ello que busco un nuevo título de la autora para despacharme a mis anchas, plenamente convencido de que volveré a disfrutar de la nueva aventura de esta periodista, acción, comportamiento más que aconsejable.

Ya no se trata de una autora novel, pero calificarla como tal suena improcedente y corto, pues su estilo y confianza son propias de una autora ya reconocida, su destino, su estatus actual, la principal credencial de aquella autora que dejó de ser una desconocida para convertirse en una de las ocupas de cualquier biblioteca.

Londres, siempre Londres. Nunca falla. Un suceso llamativo y su investigación. Tampoco decepciona la fórmula. Ya solo queda llevarlo a cabo, y entonces se hace el milagro. Funambulista de sueños, Barton encandila y se posiciona, toda una declaración de intenciones. Fantástica presentación, mejor nudo y justo desenlace para una historia que consta de más de tres actos, a cuál más delicioso.

Madres e hijos, hijos y madres. Da igual. Ese vínculo indeleble puede ser amenazado, pero nunca destruido. Tan solo la muerte se atreve a hacerlo, y no siempre lo consigue. Drama familiar, secretos inconfensables que ven la luz cuando más luminosidad regala el foco de nuestra atención. Y nosotros allí, testigos de cada escena, cómplices de las atrocidades antes de saber cómo va a discurrir aquello que se nos cuenta, aquello de lo que participamos aún sin saberlo.

Claro que hay detectives, pero son personajes secundarios, meros instrumentos al servicio de las mujeres, las auténticas protagonistas. Y surgen las dudas. En las dudas se encuentra el misterio. Todo lo que resta es camino, el camino, nuestro camino, y la necesidad de leer más y más. Más y más... Sobran las recomendaciones.

Reseñada por Francisco Javier Torres Gómez

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