Si recordáis, leí Viento del Este, viento del Oeste hará algo menos de un año. Me maravilló esa historia y me quedé con ganas de leer más de la autora así que sabía que le iba a dedicar uno de los meses del reto de Clásicos en cremallera, y no quise esperar al verano. Además, aún quedan en casa varias novelas más suyas, por lo que tendré todavía buenos ratos de lectura.
Argumento
La madre no tiene nombre. La madre es la encarnación de la mujer rural de la China de 1930. Una madre que no sólo se deja la espalda alimentando y cuidando de hijos, suegra y marido, sino que colabora con éste en los cultivos del campo que permiten la subsistencia familiar. A pesar de su pobreza, ella es feliz con esa humilde y tranquila vida.La madre es fuerte y responsable. Administra bien los escasos recursos con los que cuentan y tiene la suerte de que su marido, aunque juega, no suele perder dinero. Su única pena es que su niña tiene problemas de vista pero no tienen dinero suficiente para que la trate un médico.
Pero la madre no sólo es madre, también es mujer. Tiene orgullo, ingenio y pasiones. Cuando la vida le depare un gran cambio, a causa de su irresponsable y engreído marido, quizás no tomará las decisiones más adecuadas pero su fortaleza le ayudará a salir adelante, aunque le deje dolorosas secuelas.
Reseña
Aunque me pilla ya lejos la lectura, aún recuerdo el cúmulo de sensaciones que me dejó. Es una obra impresionante en sus escasas 245 páginas, una magnífica forma de acercarse al mundo rural femenino de China de principios del S. XX. Un mundo duro, machista, lleno de prejuicios, supersticiones religiosas y con una Revolución Comunista que aparecerá en su tramo final. Pero con todo, ésta es la historia de una mujer que hacer lo mejor que puede para sacar adelante su familia a pesar de las complicaciones que surgen a lo largo de su vida.Salvando las distancias y ciertos matices propios de la cultura china, lo que cuenta este libro es una historia universal. En cualquier lugar del mundo, en cualquier época, las mujeres han sido las encargadas de velar por la familia mientras el hombre es el que trae el sustento a casa. Como en esta misma obra, encima eso no era del todo así, pues muchas mujeres acababan colaborando en los campos. Por eso, a diferencia de Viento del Este, viento del Oeste que tenía unas claves culturales y del choque con las de occidente muy marcadas, es fácil identificarse y hacer propia esta novela.
Otra coincidencia de carácter global es la lucha de clases latente en este mundo rural. Campesinos que se dejan la espalda por unos cultivos de los que sacan poco beneficio pues casi todo se va a pagar a los propietarios de las tierras, que ni se molestan en aparecer por el lugar. No hace falta irse a la Edad Media o a 1930 en China. Es algo que sigue pasando hoy en día.No deja de ser triste que las realidades de clasismo y machismo que se denuncian de manera más o menos veladas en esta novela sigan siendo actualidad, cuando hablamos de un libro que fue publicado en 1934.
Pero todo esto no deja de ser un marco que influye en mayor o menor medida en la vida de la familia. Lo que importa es el día a día y cómo van superando dificultades, todo desde el punto de vista de la madre. Quizás me choca, y de ahí que pierda algún puntillo, que el toque más costumbrista, aún con ciertos momentos duros, se pierda hacia el final por un par de situaciones excesivamente dramáticas, todo para acabar con un desenlace inesperado y feliz que choca con lo vivido apenas un par de páginas antes.
Por cierto, que no os asuste que la autora haya optado por no ponerle nombres a sus personajes, es fácil seguir el hilo de la trama y saber de quién habla en cada momento. Aparte de mencionar en algún momento que es la familia Li, no se sabe más datos de ellos.
Al final, La madre es una novela sobre una mujer que se echa a sus espaldas la vida de toda su familia y que va viendo pasar los años en un mundo de pobreza y muy escasas alegrías. Una joya emotiva y muy dura por momentos que trata temas delicados con sutileza pero también con la fuerza que hace falta para enfrentarse a este contexto tan duro e injusto, sobre todo para las mujeres. Ya tardáis en conocer a esta autora, ya sea con ésta o con otra de sus novelas. De momento, llevo dos de dos que me han maravillado.