Esta entrada está inspirada en la que ha escrito en su blogg mi buen amigo Enrique García-Máiquez. Allí aparece un preciosohaiku. Bloggeando con él sobre el poema, me comentaba que una madrese borra tras el hijo que va a nacer: resulta que en el haiku se dice que la mujer embarazada no puede ver sus pies, y es como el comienzo de una hipérbole: el hijo va ocupándole hasta que ella desaparece. Esto lo interpreta Enrique del mejor de los modos posibles: la capacidad de entrega y abnegación de una madre por su hijo.
Estoy de acuerdo. Pero también, como la realidad es rica, creo que hay que complementar la verdad del borrado con otra: una madre siempre se está escribiendo.Cuando doy una charla sobre la importancia de la lectura, suelo terminar con un elogio a la mujer como transmisora de la lectura, y en general de la cultura. Especialmente a la mujer madre. Y aporto una experiencia personal: de vez en cuando, descubro en lo que estoy diciendo un giro, un refrán, una entonación, una palabra originaria de mi madre. Y esto no me ocurre con respecto a mi padre -cuya presencia la noto en otras realidades-.
Una madre siempre se está escribiendo en ti.
Esto lo vas descubriendoCon el tiempo. Enrique lo sabe.