La receta que os presento hoy es un imprescindible para los amantes de las magdalenas. Éstas que he preparado hoy tienen un sabor auténtico que recuerdan a las típicas que comes en los pueblos y que no solemos encontrar por aquí porque casi todo es bollería industrial.
Si las hacéis veréis que quedan con una textura muy esponjosa y un sabor buenísimo. Tan sólo tenemos que disponer de un molde para magdalenas y cápsulas de papel además de los ingredientes que os pondré a continuación.
Para un total de 15 magdalenas:
- 250 gr de harina de repostería (que deberemos tamizar)
- 3 huevos
- 175 ml de aceite de girasol
- 200 gr de azúcar
- 180 ml de buttermilk (sino tenéis podéis coger 180 ml de leche y una cucharada de vinagre o limón y dejar reposar 10 minutos).
- Ralladura de un limón
- Gasificante para repostería: 1 sobrecito blanco + 1 sobrecito azul (yo los compro en el Mercadona pero sino tenéis podéis utilizar polvo de hornear 16 gr)
Elaboración:
1. Ponemos los huevos y el azúcar y mezclamos con las varillas hasta que duplique su volumen.
2. Añadimos el aceite muy poquito a poco.
3. Después añadimos el buttermilk y la ralladura de limón.
4. Vamos incorporando la harina tamizada a cucharadas.
5. Colocamos las cápsulas de papel dentro de los moldes metálicos y rellenamos 3/4 partes de su capacidad. Dejamos reposar en el frigorífico al menos una hora.
6. Precalentamos el horno a 190º y antes de introducirlas las espolvoreamos con azúcar o piñones.
7. Horneamos 20-25 minutos hasta que estén doradas.
Las he hecho muchas veces desde que las descubrí en el fantástico blog de Flor Con Corazón de Azúcar. Así que os las recomiendo 100% porque os van a encantar!
Normalmente hago dos versiones con azúcar y con piñones, también las quiero probar con manzana que deben estar riquísimas, pero lo dejaré para próxima vez...
Bon appetit!