La magia de las pequeñas cosas, de Estelle Laure

La magia de las pequeñas cosas
~ Estelle Laure ~250 páginas || 13'00€ || Puck
Rústica con solapas || 9788496886537
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Hay cargas demasiado pesadas para una chica de diecisiete años. Hay situaciones que ninguna adolescente debería vivir.
Hasta hace poco, Lucille era una chica como tú, con un luminoso futuro por delante. Ahora, de la noche a la mañana, el futuro se ha desmoronado: su padre está internado en un hospital mental, su madre lleva semanas sin dar señales de vida y Lucille, de repente, se encuentra haciéndose cargo no solo de sí misma sino también de la casa y de su hermana pequeña.
¿Cómo seguir adelante cuando tus padres te han dejado sola y las facturas se acumulan?
¿Cómo reconstruir un mundo que se desploma?
¿Cómo enamorarse cuando estás al borde del precipicio?
¿Es posible ser feliz en el peor de los tiempos?
Con una sensibilidad especial para abordar el lado más duro de la realidad y unos personajes tan vivos y palpitantes que no quieres separarte de ellos, Estelle Laure ha creado una preciosa novela sobre esa luz que siempre está ahí, por negra que parezca la noche.
Sentía muchísima curiosidad por este libro no sólo por su atractivo título, sino también por su sinopsis tan impactante, y es que ¿cómo no sentir curiosidad por una chica de apenas diecisiete años que ha sido abandonada primero por su padre y después por su madre, y que tiene que hacerse cargo de su hermana pequeña? 
Lucille es la protagonista y narradora de esta historia, ella es la encargada de contarle al lector su situación actual: cómo intenta llevar una vida normal con un padre ingresado en un hospital mental y una madre desaparecida que de vez en cuando las manda un cheque con dinero, es decir, cómo lleva ser ella la cabeza de familia, ejercer de madre, de padre y de hermana mayor con su hermana pequeña Wren (más conocida como Wrenny).
La primera impresión que tuve de Lucille al poco de empezar el libro y conocerla, fue que era una chica bastante fuerte y madura debido a la situación que se ha visto obligada a vivir; pero según fui avanzando en la lectura y la fui conociendo mejor, conocí a la verdadera Lucille: a esa chica de diecisiete años que se siente superada por la situación actual que vive, que se ve obligada a trabajar y dejar a su hermana sola en casa para poder darla de comer todos los días y que no la falte el canal de cocina, que tan feliz hace a Wrenny, que finge delante de los vecinos y los profesores que su madre está trabajando mucho y por eso no se la ve cuando la realidad es que no sabe ni dónde se encuentra.
Me ha impactado muchísimo cómo Lucille saca fuerzas de flaqueza para que su hermana Wrenny intente seguir adelante como si no sucediera nada extraño en su familia, que sea capaz de hacer cualquier cosa por verla sonreír, y cómo a pesar de verse en más de una ocasión superada por la situación, lo último que hace es venirse abajo. Y aquí tengo que hacer un paréntesis y mencionaros a Wrenny, que es la ternura personificada, un amor de niña.
Sin duda alguna, Lucille tampoco esta completamente sola, ya que cuenta con la ayuda de su mejor amiga Eden, y el hermano gemelo de esta, Digby Jones. Ambos hermanos intentarán ayudarla siempre que puedan. Ambos personajes tienen una gran participación en la historia, y los vamos conociendo gracias a las descripciones y anécdotas que Lucille nos cuenta sobre ellos.
Aparecen también otros personajes, como son los padres de los gemelos, Shane, Fred -el jefe de Lucille- y los vecinos de estas dos jovencitas, pero se mantienen en un plano más secundario, aunque no por ello su participación es menos importante. De entre ellos, el que más me ha sorprendido ha sido el personaje de Fred.
La trama no sólo se centra en la situación actual de la protagonista y su hermana, sino que hay un poquito de todo: el drama por el abandono familiar, el valor de la amistad, un toque de romance -con importancia en la historia, pero sin ser el protagonista de la misma- y la buena voluntad de algunas personas, que aportan ese toque esperanzador a esta bonita historia.
El estilo de esta historia es bastante fresco y juvenil, pero también está cargado de momentos emotivos sin que estos sean empalagosos. La verdad es que he disfrutado muchísimo del estilo de Estelle, me ha parecido muy cercano y fluido, por lo que sin duda alguna repetiré con futuras nuevas historias, porque ha sido todo un verdadero placer haberla descubierto.
Respecto al desenlace, es un final abierto en casi todos los aspectos, pero es que esta historia no puede tener un final cerrado al cien por cien porque ni la historia ni los personajes piden que así sea, y personalmente, me ha gustado mucho que se dejen en el aire esos hilos sueltos, porque aportan más esperanza a la vida de estos personajes.
La magia de las pequeñas cosas es un libro que me ha transmitido un mensaje tan bonito como su título resume: que incluso en los momentos más difíciles de la vida, siempre hay pequeños gestos y buenas personas que hacen que en la oscuridad brille una pequeña luz y no nos sintamos tan solos.Toda una maravilla que ha conquistado mi corazón.
Gracias a Puck.