Este otoño las calles, las pasarelas y los armarios se pintan de rosa. Un color más visto en el verano y a la vez se implanta para darle un toque de color al frío. No es de mis colores favoritos a la hora de vestir pero la propuesta de este año me encantó: el rosa aporta alegría.
En sacos, tapados, pantalones, vestidos, suéteres o accesorios, no importa en qué, la consigna es ir de rosa. Lo conveniente es usarlo con prendas de tinte masculino y colores neutros para no pasarnos de ladylike. Unos jeans, una camisa blanca y un tapado rosa para mí son todo un acierto. Entonando la vie en rose les pregunto qué les parece...
í que la Chambre Syndicale de la Haute Couture no considere los modelos de Balenciaga de la alta costura, realmente no lo son legalmente.
Hoy en día la firma sigue en pie y son precisamente sus bolsos de piel y sus zapatos los más deseados. Es verdad que la firma sufrió un largo letargo desde 1968 hasta la llegada de Nicolas Chèsquiere que consiguió relanzar la firma y volver a ponerla en un lugar privilegiado en el mundo de la moda. Hace unos días se ha realizado un comunicado en el que se expresa la separación de Chèsquiere y Balenciaga, el cual dejará de ser empleado de la firma exactamente el 30 de este mes.
Como curiosidad, en su pueblo natal, Guetaria, lugar donde también nació Juan Sebastían Elcano, encontramos un museo que recoge sus modelos.
Acabo el artículo con palabras propias del modisto: “un buen modisto debe ser arquitecto para la forma, pintor para el color, músico para la armonía y filósofo para la medida”.