Revista En Femenino
Ayer enseñé a dos compañeros apositivar, es decir, eso que la gente conoce como "revelar", pero que en realidad se trata de hacer positivo un negativo fotográfico (que previamente habremos obtenido con el, ahora sí, revelado del carrete).
Con la democratización de la Fotografía, en especial con la integración de cámaras en los teléfonos, cualquiera en cualquier momento puede hacer una foto con más o menos calidad, aplicar filtros... Hay hasta aplicaciones para escanear los viejos negativos. Pero hay una cosa que todavía no hacen los smartphones, a Dios gracias: hacerte vivir la magia de ver aparecer la imagen en el papel en la cubeta del revelador.
Yo solía hacerlo para relajarme o reflexionar. Esas horas en penumbra, sola, con mi bata y contemplando estas apariciones divinas... Aunque sepa que todo es un proceso químico con materiales fotosensibles, para mí sigue siendo un misterio precioso.
Les expliqué a mis compañeros que te puedes montar el laboratorio en el cuarto de baño de tu casa, si lo puedes dejar completamente a oscuras, y que sólo necesitas una zona seca, para la ampliadora, una húmeda con las cubetas para los baños de revelado, paro y fijador, y una bombilla especial con un filtro, gracias a al cual puedes trabajar a tientas y no a oscuras totalmente con el papel para blanco y negro, pues actúa como una película ortocromática y es insensible a la luz roja.
lupa de enfoque marginador
Una vez que tenemos el negativo colocado en el portanegativos y el papel colocado procedemos a encender la luz de la ampliadora para exponerlo el tiempo necesario. Los que sabéis un poco de Fotografía ya entendéis que es la luz la que impresiona la película, y que con el diafragma y el obturador controlamos la cantidad que dejamos pasar. Pues de la misma manera actuaremos con la ampliadora.
tiras de pruebas