de Toni Aparicio.
Título: La mala semilla.Autor: Toni Aparicio.Editorial: Suma, 2018.Páginas: 424.
SINOPSIS.
La carrera de la teniente Beatriz Manubens es una de las más prometedoras de la UCO, sin embargo, la muerte accidental de un menor durante un tiroteo hace que se sienta incapaz de volver a empuñar un arma. Completamente abatida regresa a Albacete, su tierra natal, para esconderse del mundo.
Juan Cebreros, brigada de la Guardia Civil en Riópar encuentra el cadáver de una mujer que presenta grandes signos de violencia en el nacimiento del río Mundo. Anabel Ramos, la víctima, se perfila como una completa desconocida para los lugareños. De ella solo se sabe que vivía en una casa rural con Adrián, su hijo, un niño de seis años al que parece haberse tragado la tierra.
La desaparición de Adrián se convierte de inmediato en noticia y es portada de todos los medios de comunicación y todo el mundo coopera para encontrarlo lo antes posible. Consternada, la teniente Manubens descubre que la mujer asesinada fue una de sus mejores amigas de la adolescencia. En una carrera contrarreloj intentará hacer lo posible por encontrar al pequeño con vida, mientras lucha contra sus propios demonios.
Toni Aparicio construye un thriller trepidante, donde el horror no está reñido con la esperanza. La mala semilla es una novela vibrante que golpea y sacude, una muestra de la barbarie humana y a la vez de su capacidad de resiliencia capaz de recuperar la esencia de las buenas personas.
IMPRESIÓN PERSONAL.
Tengo que reconocer que trasladarse mentalmente al Río Mundo y sus maravillosas cascadas en plena "ola de calor" y desde este horno natural que es Extremadura en el verano, ha sido todo un suplicio pero también un anhelo, un sueño de esos que me empujan en más de una ocasión a visitar parajes que desconocía totalmente. Como a mucha gente, a mi de Albacete sólo me suena eso de que allí se hacen navajas de gran calidad. Por lo demás, nunca pensé en esta provincia como destino turístico y por lo que veo tiene parajes poco explotados como suele pasar en muchos lugares de nuestra geografía. Dicho y anotado queda este maravilloso lugar en el que Toni Aparicio coloca el escenario del crimen y su posterior investigación, algo que a mi personalmente me ha encantado. Soy muy amiga de la descentralización en todos los sentidos y, en este caso, el ámbito rural resulta idóneo para ocultar un crimen que al final no deja de ser fruto de la naturaleza humana más que de la naturaleza del lugar.
En un paraje sin igual, Anabel ha sido asesinada y su hijo, pequeño aún, ha desaparecido en ese entorno que para un niño tan pequeño y con ese frío, puede significar la muerte si no se le encuentra con rapidez. Precisamente por esa alarma social de la que hacemos gala los españoles, se pone rápidamente en marcha un dispositivo de búsqueda del niño y del asesino en manos de la Guardia Civil del lugar con Cebreros a la cabeza y posteriormente, de la UCO, que toma el mando de la investigación. Junto a ellos, conoceremos a Beatriz Manubens, teniente de la UCO, que se encuentra en casa de sus padres en Albacete de baja laboral, ante un suceso previo que la atormenta y del que aún está en tratamiento psicológico, o, al menos, eso intenta. Beatriz se ve implicada personalmente en el caso porque conocía a la víctima, a su madre y compartían amigos en común desde la infancia prácticamente, cosa que la hace implicarse en la investigación de forma directa pero al margen de sus mandos.
El tandem Beatriz y Cebreros me ha encantado y creo que es una pareja que da mucho juego porque ambos se compenetran perfectamente y comparten inteligencia, intuición, sentido de la lealtad y compromiso mutuo por conocer la verdad que se esconde ante los hechos que parecen más lógicos. Cebreros comprende perfectamente la situación por la que está pasando la teniente, por la que siente un gran respeto profesional y Beatriz se da cuenta enseguida de que tiene ante sí a un Guardia Civil con una gran capacidad para la investigación y la intuición suficiente para llegar hasta el final del asunto junto a ella, al margen de la bravuconería que los rodea a los dos por parte de los mandos de la investigación oficial. Una pareja curiosa y bien compenetrada que explota al máximo ese fino hilo que los une.
Junto a ellos, una serie de secundarios muy potentes que van apareciendo en la trama, a veces con el mismo sentido de la investigación y otras como "miguitas de pan" que el autor nos va dejando para llevarnos a la conclusión del caso. He sospechado de algunos de ellos durante la lectura pero lo que no me esperé nunca fue el final que me dejó muda durante un buen rato, recapitulando lo leído. Así que sí, el autor me ha sorprendido con un final que a mi personalmente me ha parecido bien montado y lo suficientemente hilado como para que encaje perfectamente en la ristra de datos que nos ha ido desgranando poco a poco a lo largo de la novela.
En definitiva, estamos ante una novela policíaca con un buen ritmo, una buena trama y un final sorprendente y bien armado, por no decir que se desarrolla en un paraje emblemático de Albacete que "te quita el hipo de golpe". Unos personajes con mucha solvencia y tan bien perfilados que consiguen que, a pesar de las pistas que te muestran, no veas lo que sólo ven los profesionales con su investigación. Una novela muy recomendable y entretenida que no te deja un respiro hasta llegar al desenlace.