La temporada de Carson Palmer está terminada por una lesión en el ligamento anterior cruzado (ACL). Lo más triste de todo es que esta lesión no fue por alguno de los brutales golpes que recibió el domingo en contra de los Rams, se la causó él mismo al momento de plantarse para lanzar un pase.
Simplemente no puedo dejar de pensar que Carson Palmer tiene una pésima suerte.
Es cierto que la semana anterior firmó una extensión por tres años y 50 millones de dólares, pero la mala suerte ha acompañado a Palmer desde que entró a la NFL y las lesiones le han quitado la oportunidad de tener una carrera trascendente en la NFL (al menos hasta el momento).
Para empezar, Carson Palmer fue probablemente el último pick 1 en tener una temporada completa de “aprendizaje”. Es decir, paso todo su primer año en la banca tras Jon Kitna. En 2004 nos mostró lo que era capaz de lograr y con un mediocre equipo de Cincinnati logró un récord de 8-8.
En 2005 Carson Palmer rompió una racha de 15 años sin Playoffs de los Bengals de la mano de una de las ofensivas más explosivas en toda la NFL. Ese año tuvo 32 TD, 12 intercepciones y 102 puntos de Rating. De hecho los Bengals eran un candidato serio al menos a llegar a la Final de Conferencia de la AFC… sin embargo aquí comenzó la mala suerte de Carson Palmer.
En el primer pase que lanzó en Playoffs (un bombazo de 66 yardas a Chris Henry), el tackle de los Steelers Kimo von Oelhoffen se estrelló contra la rodilla de Palmer, causando una severa lesión de ACL y MCL. Los Bengals perdieron 31-17.
Tras dos temporadas regulares, en 2008 Palmer sufrió una lesión en los ligamentos del codo. A pesar de eso volvió a llevar a los Bengals a los Playoffs en 2009, en donde no pudo conseguir su primer victoria en Playoffs. Cansado de la mediocridad de los Bengals exigió un cambio del equipo o amenazó con retirarse, algo que cumplió hasta ser mandando a los Raiders en 2011.
Sus años en Oakland fueron mediocres, aunque el equipo en general tenía una terrible falta de talento alrededor. En 2013 llegó a Arizona y en 22 juegos tiene un récord de 16-6. El domingo anterior se terminó su temporada, justo cuando él era el QB titular del mejor equipo de la NFL, Arizona.
Una vez más Palmer se quedará con las ganas de demostrar por qué fue el primer pick del Draft en 2003, de demostrar que es un QB ganador y que puede llevar a cualquier equipo al Super Bowl (como demostró poder revivir a USC a principios del milenio). La mala suerte profesional de Palmer lo sigue persiguiendo, y aunque tenga millones de dólares en el banco estoy seguro que cambiaría la mitad de su fortuna por jugar en los Playoffs e intentar lograr que los Cardinals se conviertan en el primer equipo en la historia en jugar el Super Bowl en casa.
La vida le había dado una oportunidad más a Palmer de buscar el éxito de Playoffs que nunca tuvo. La suerte una vez más se la arrebató.
Personalmente considero que Carson Palmer es un buen QB (top 15) de la NFL. Su historia es demasiado triste y su suerte es aún peor. Realmente espero que se recupere y a sus 35 años (cuando vuelva a lanzar un pase) pueda tener éxito con una franquicia de la NFL.