«La historia de Miguel Zapata Sáez, Tío Lobo»
Reseña escrita por Maudy Ventosa.
Nos cuenta el autor, que supo de Miguel Zapata, El Lobo, gracias a un amigo que le habló de él durante el Festival del Cante de las Minas. Le fascinó el personaje y, como le dijo Pérez-Reverte, “uno no elige a los personajes, son ellos los que lo hacen”. No tenía más remedio que escribir esta historia.
Cubierta de: ‘La maldición de la Casa Grande’
La Unión y la Sierra Minera de Cartagena ven aumentar su población de manera considerable en la segunda mitad del S.XIX y principios del XX. Nacionales y extranjeros llegan atraídos por la explotación de las minas. Plata, plomo, cinc, hierro…Pero no todos corren la misma suerte. Unos se enriquecen mientras la mayoría vive en la más absoluta miseria y el mal de las minas va calando en su cuerpo y en su alma hasta hacerlos morir lentamente si antes un accidente no les ha dejado lisiados o enterrados.
Es una época de abusos y tremendas injusticias. Impera la ley del más fuerte y no existe la compasión. El patrón toma lo que cree que por derecho es suyo, lo que incluye el sudor y la vida de “la gran familia que trabaja para él”. Y por supuesto, sus mujeres.
Miguel Zapata, el tío Lobo encarna la figura de ese jefe implacable, duro, que imparte justicia sin miramientos creyéndose “bendecido” para hacerlo, que debe su apodo a que se atrevió a mantener la mirada a uno de esos fieros animales hasta hacerle huir… Que sólo es capaz de amar a dos de sus hijos, Visitación y Joaquín… La tierra se siente herida por tanto abuso, por tanta sangre derramada y se va cobrando sus tributos donde más le duele a Lobo. Es la maldición que pesa sobre su estirpe.
Pero entre tanta miseria también se abre paso el amor que va a ser la cadena conductora de esta historia, narrada en primera persona por María Adra, María la Guapa, soñadora, alegre, feliz entre tanta miseria se enamora perdidamente del hijo del patrón, y se verá unida irremediablemente a esta familia no solo por sus orígenes como hija y hermana de mineros, sino por la sangre.
Es el relato duro de nuestra historia reciente. De niños trabajadores. De dolor y pobreza, de no esperar nada y de quererlo todo, de ansias y sueños rotos…de ambición y violencia, en el que, de manera admirable, Juan Ramón Lucas, mezcla la historia con la ficción y nos encaje el corazón.
PERSONAJES, reseñados por el autor.
Miguel Zapata,
“Amo y señor de la Sierra Minera de Cartagena-La Unión. Hijo de una familia de ganaderos, se echó a la mar, lo que le permitió los conocimientos que harían de él, además de minero y fundidor, y casero y arriero, el poderoso armador de barcos que llegó a hacer suyo el tráfico de mineral entre Portmán y el norte de Europa”.
María Adra,
“María Ascensión Adra Contreras, andaluza. Su padre, José Manuel Adra, trabajó en la mina La Dichosa, propiedad de los Zapata. Allí se alcoholizó y se transformó en un hombre violento, que golpeaba a su mujer e hijo y abusaba de su hija. Murió apuñalado en un café cantante. La llamaban María la Guapa, y no es de extrañar que el hijo del amo se enamorara locamente de ella”.
Joaquín Zapata Hernández,
“Hijo de Miguel Zapata. “No era muy alto, aunque sí muy apuesto y fuerte. Y vestía con elegancia hasta cuando salía a cabalgar por la sierra. Pese a que sabía que podía tomar a la muchacha impunemente, prefirió la conquista feliz”.
Teresa,
“Sirvienta en la Casa Grande y amiga de María. Ya no era joven y permanecía soltera. María sospechaba que estaba enamorada de Joaquín; supo, un tiempo después, que la envidiaba y que sufría siendo la mensajera entre los amantes. Era la única persona de la casa de la que él sabía que nunca lo traicionaría”.
Esperanza,
“Gitana de ojos verdes, tenía una casa de huéspedes para marineros y gente extranjera donde se encontraban Joaquín y María, de la que acabó siendo amiga y cómplice. Conocía al Tío Lobo, por eso su comentario sobre los amores de la joven con el hijo del patrón fue premonitorio: “Al hacerlo abriste la puerta del infierno” ”.
Juan Adra,
“Hermano de María. Trabajaba en el pozo de santo Tomás, propiedad de Zapata. Maltratado por su padre, creció pendenciero y muy duro. Lo temían hasta los arrieros, que no eran dados de temer a nadie. A la muerte de su padre, quedó al frente de la familia. Sin embargo, su mísero jornal apenas les daba para salir adelante. Cuando Miguel Zapata se negó a cambiar su puesto de trabajo con un aumento de jornal, Juan empezó a incubar un odio irreprimible por sus patronos”.
Doña Juana Hernández,
“La esposa de Miguel Zapata. Se casó muy joven con el Tío lobo, en 1863. ”…A diferencia de su marido sofisticó un tanto sus formas y se adaptó, aparentemente, a su nuevo estatus social. Era de trato áspero y severo con quien no fuera de su nivel.
Al inicio de la novela nos encontramos con una mujer triste. No se había recuperado aún de la muerte de su hijita pequeña, Trinidad cuando perdió a su primogénito, Joaquín. Un golpe durísimo que arrastró toda su vida. A pesar de sus orígenes humildes, inculcó a sus hijos la importancia de su posición social”.
Visitación Zapata Hernández,
“La pequeña Visitica. Un sol en la casa grande. Inteligente, curiosa y cariñosa, vivía la vida presente, con las ventajas de una niña rica, pero también con la entrega a la alegría propia y a procurar la felicidad de los demás, fueran o no de su familia o de su clase. Se relaciona con el servicio y buscaba su compañía, para desesperación de su madre. La alegría contagiosa de Visitación era el único punto débil en la coraza del Tío Lobo. Se casó con José Maestre y su hija –también Visitación– es quién, en 1918, abre las puertas de la Casa Grande a María para encontrarse con sus recuerdos”.
Obdulia Zapata Hernández
“Se crió callada y tímida, a las faldas de doña Juana, a quien igualaba en carácter desagradable y disposición al enredo. Fue la única por la que la maldición de la muerte prematura pasó de largo”.
Miguel Zapata Hernández,
“Heredó la tosquedad del padre y se convirtió en el heredero de las empresas familiares. Se casó con Conchita Echevarría, marquesa de Villalba de los Llanos, culminando así el ascenso social de los Zapata. Murió en 1912. Su hijo, Miguel Zapata Echevarría, heredó el título tres años después”.
José Maestre
“Hijo de una familia de vinateros de Murcia. Llegó a Portman en 1888 para ejercer como médico municipal. Visitación se prendó de aquel joven de modales exquisitos y buena educación. Pese a que Tío lobo no veía la relación con buenos ojos, se casaron en 1891. Cuando enviudó de Visitación, se casó con su hermana Obdulia. Pasado el tiempo, y tras la muerte de todos los varones Zapata, Maestre se convirtió en el dueño de un imperio empresarial que empezaba a declinar”.
Alfred Sullivan,
“Ingeniero inglés de la compañía Matt Watson. Viajaba por España para estudiar el funcionamiento de la industria minera. Le extrañaba que, habiendo minerales, materias primas y mano de obra, la revolución industrial hubiera pasado de largo. Cuando fue a visitar a Miguel Zapata a la Casa Grande conoció a María. Era un mozo guapo. Sonriente y algo descarado. A ella e sorprendió “la claridad lechosa de su piel y el naranja de su pelo revuelto por la brisa, pero, sobre todo, su sonrisa amable y su ademán de saludo que me pareció elegantísimo, como de un duque” ”.
Sinopsis
Esta es la historia de Miguel Zapata Sáez, Tío Lobo, un modesto ganadero que a finales del siglo XIX supo sacar provecho de la incipiente industria de la minería en la sierra de La Unión (Murcia) y, a partir de una pequeña venta creada para dar servicio a los trabajadores, edificó un auténtico imperio.
Una voz femenina apasionada, sin matices, que se expresa a borbotones, narra esta historia desconocida basada en hechos reales. Las pasiones amorosas, las relaciones amor-odio, la intrincada historia familiar, los sentimientos de venganza, la piedad, la generosidad y la tragedia se mezclan en cada una de sus páginas.
Lee y disfruta de las primeras páginas del libro.
Juan Ramón Lucas con Maudy Ventosa
El autor:
Juan Ramón Lucas Fernández (Madrid, 2 de noviembre de 1958). Periodista de larga trayectoria en radio, televisión y prensa, es actualmente codirector junto a Carlos Alsina del programa matinal de Onda Cero Más de Uno. Forma parte del Patronato de la Fundación Sandra Ibarra de Solidaridad Frente al Cáncer, de la que es, además, secretario general. Su labor profesional ha sido reconocida con dos Premios Ondas, uno de ellos a toda su trayectoria, un Premio de la Academia de Televisión como mejor presentador, y Micrófono y Antena de Oro por algunos de los programas de radio que ha puesto en marcha. Es autor de los libros Hablemos sobre felicidad y Diario de vida.
El libro:
La maldición de la Casa Grande ha sido publicado por la Editorial Espasa fuera de colección. Encuadernado en tapa dura con sobrecubierta, tiene 472 páginas.
Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.
Como complemento pongo el vídeo de la presentación en la emblemática Mina Agrupa Vicenta, en nuestro PARQUE MINERO, el libro La maldición de la Casa Grande, con el periodista y escritor, Juan Ramón Lucas, acompañando a este acto Francisco Bernabé (Paco Bernabé) y la escritora María Dueñas, con la actuación de Encarnación Fernández y a la guitarra Antonio Muñoz Fernández. No os lo perdáis, es impresionante, nos cuenta anécdotas, como surgió la idea, COMO SE METIÓ EN EL PAPEL DE UNA MUJER, como lo escribía, etc…..
Para saber más:
Juan Ramón Lucas en Twitter.