Ondina, de John William Waterhouse
Una de las enfermedades más extrañas que se dan en los seres humanos se conoce como "La maldición de Ondina", cuyo nombre procede de una antigua leyenda mitológica germánica-escandinava.
Ondina era una ninfa del agua. Como toda ninfa, Ondina era bella e inmortal; con la única amenaza de enamorarse de un mortal (un ser humano) y que ambos dones, su belleza e inmortalidad, desaparezcan definitivamente.
Así, como en toda la mitología, Ondina no pudo ir en contra de su destino y se enamoró de Sir Lawrence, un audaz caballero con el que finalmente, contrajo matrimonio. De esta manera, durante la ceremonia, Sir Lawrence pronunció los votos más admirables que haya escuchado la ninfa e inclusive la audiencia, dijo: “Que cada aliento que dé mientras estoy despierto sea mi compromiso de amor y fidelidad hacia ti”. Después de un año de matrimonio, Ondina dio a luz a su único hijo y desde ese momento empezó a envejecer. Definitivamente, su atractivo físico también empezó a desvanecerse como también lo hizo el interés de Sir Lawrence.
Un día, Ondina se encontraba paseando cerca de los establos, cuando escuchó el ronquido familiar de su esposo. Cuando se fue acercando, se dio con la sorpresa de que este yacía durmiendo en los brazos de otra mujer. Ondina, desesperada y colérica despertó a Sir Lawrence rápidamente, y señalándole con el dedo y profirió su maldición: “Me juraste fidelidad por cada aliento que dieras mientras estuvieras despierto y acepté tu promesa. Así sea. Mientras te mantengas despierto, podrás respirar, pero si alguna vez llegas a dormirte, ¡Te quedarás sin aliento y morirás!”. Sir Lawrence se vio condenado entonces a mantenerse despierto para siempre.
Esta enfermedad sólo la sufren unas 300 personas en todo el mundo, aunque se sospecha que es la causa de la muerte súbita unos 200.000 bebés al año. Se caracteriza por un control anormal de la respiración durante el sueño, es decir, que, quienes la sufren deben estar muy atentos mientras duermen puesto que un simple descuido, puede llevarlos a una muerte segura.
Sin embargo, existen personas que han podido convivir con la enfermedad y honestamente, esto no es un aliento ya que dicho mal empeora de manera progresiva y el individuo llega a arriesgar la vida cada vez que duerme.
De esta manera, este sueño se trata a través de la ventilación asistida durante cada noche. Pero, cualquier descuido durante el día, de quedarse dormido sin esta oxigenoterapia, podría llevarlo a la muerte segura.