Se acerca el momento definitivo. Ya solo faltan cuatro días para marcharme y aún quedan cosas por preparar. Ya está casi todo seleccionado, lavado y planchado. Pero no ha sido fácil. El volar con una lowcost te dificulta bastante la tarea. Como alguien me dijo en su día, el límite de equipaje te obliga a ser austero, y eso tiene hasta su puntillo. También recurriendo a relaciones y lecciones aprendidas este verano me reafirmo en algo que ya sabía pero no había expresado nunca: el sonido proporciona la libertad creativa total. No dependes de la imagen para generar sentimientos, emociones, o transmitir atmósferas. Y todo eso es lo que espero encontrar en este viaje. Así que, sin periodicidad establecida y con toda la ilusión del mundo aquí va mi primera postal sonora. ¡Que la disfrutéis!
Si quieres un resumen más detallado de mi aventura Erasmus puedes encontrarlo aquí.
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