Revista Cultura y Ocio

La manera de recogerse el pelo (i)

Publicado el 26 abril 2010 por Hache
LA MANERA DE RECOGERSE EL PELO (I)
El pasado viernes día 23 de abril, se presentaba en la FNAC de Callao, en Madrid, la antología 'La manera de recogerse el pelo. Generación blogger', antología de 13 mujeres poetas seleccionadas por David González, prologado por José Ángel Barrueco y editado por Bartleby editores.
Desde hoy y durante los próximos días iré subiendo algunos poemas de las autoras que asistieron a la puesta de largo de la antología en cuestión.
Aunque hoy quisiera comenzar con el principio del prólogo de José Ángel Barrueco, que lleva por título 'EL POST ES EL POEMA':
"1990. España. Una chica escribe poemas en su casa, o en el café de la esquina tras salir de clase, o sentada en el banco de un parque. Aún no tiene ordenador. Escribe a mano y luego pasa los textos a máquina. Cuando ha reunido los suficientes para configurar un poemario, hace copias y las envía a las editoriales. No le responden. No puede publicar en las revistas porque no conoce a nadie. Carece de enchufe; tampoco lo quiere. La sociedad no ha abandonado sus viejos hábitos machistas y comprueba que en las antologías poéticas el número de hombres es superior al de mujeres. En algunas de estas compilaciones, ni siquiera hay autoras.
1995. El manejo de internet se enseña ya en la facultades de Periodismo. La conexión es mala. El acceso, lento. El procedimiento, rudimentario. Las computadoras suenan a radio vieja con problemas de recepción. Navegar por una página comporta demasiados minutos perdidos. En diez años internet se incorporará a numerosos hogares españoles. Su ascenso será imparable.
2006. Una chica escribe poemas en su casa. Luego los pasa al procesador de textos de su ordenador personal. No le sobra el dinero para el agotador trámite de hacer copias, encuadernarlas y enviarlas a una editorial y esperar una respuesta que tal vez nunca llegue. Tampoco tiene ganas de hacerlo. Quiere compartirlos con el mundo: abre una bitácora y los va colgando a medida que los escribe. Ya no hay tanto tiempo entre la escritura de los versos y el acceso de los lectores. Sus poemas viven en la red. Hace años hubieran continuado en un cajón, ajenos al mundo. El post es el poema.
2008. La presencia de Internet en los hogares españoles ha experimentado un gran crecimiento, pasando del 31% en 2005 al 41% en 2008 ("Estudio Fundación BBVA: Internet en España", mayo de 2008).
2009. David González trabaja en La manera de recogerse el pelo. Generación Blogger. Vicente Muñoz Álvarez publica 23 Pandoras en Baile del Sol. En ambas, antologías hermanadas, los escritores han reunido a un grgupo de poetas femeninas con denominadores comunes. Poetas al margen, casi todas. Duras. Guerreras. Alternativas. Sin pelos en la lengua. Escriben con el cuchillo entre los dientes y tienen los ovarios bien puestos. Y no se someten a la dominación masculina que doblegó a muchas de sus abuelas.
2010. Se publica La manera de recogerse el pelo. Generación Blogger en Bartleby Editores."
LA MANERA DE RECOGERSE EL PELO (I)
SILVIA OVIEDO
MIÉRCOLES DE CENIZA
Con la cruz impuesta en la frente
avanzamos;
con la cruz
y llorando.
Somos plañideras de lujo,
nos brotan las lágrimas de oro como ángeles corriendo por las mejillas.
Vamos los ejércitos de sangre,
hordas de obreros
avanzando
con la cruz impuesta en la frente,
con las herramientas oxidadas,
con la herrumbre en las manos.
Avanzamos y dejamos
un rastro de lo que somos;
además de eso hay poco,
nada.
No huimos
porque llevamos el mundo en las alforjas,
el grano en los bolsillos,
los ideales en las venas y –para siempre–
avanzamos
como fantasmas por los caminos
y dejamos un rastro de nosotros,
respondemos de nuestros actos, frustraciones,
impactos.
Somos carne y hueso y ceniza en la frente.
Y no caeremos nunca.
No caeremos nunca.
LA MANERA DE RECOGERSE EL PELO (I)
INMA LUNA
LO POCO QUE SÉ DE MIS PIERNAS
Me hago la viva.
Me hago un cuerpo sonrosado y feliz que se despliega.
Qué le vamos a hacer,
tengo unas piernas que son de primavera,
vamos, que se abren solas,
que atienden por su cuenta a las caricias,
que responden del modo aprendido por los siglos
al agudo calambre de los dedos.
Mis piernas se abren.
Olvidan las tristezas, van a la selva.
Los preceptos se marchan de viaje
porque quiero dulzores en la boca.
Abandonos.
Mis piernas se abren.
Se tensa el muslo, el aire, el vientre, el pezón.
Me olvido. Me curvo.
Me alejo del desierto porque me llama el agua.
Me mojo.
Mis piernas se abren.
Florezco.
Soy lo que más soy y lo que menos.
Desarmada, perdida. Alejándome.
Me abriga, me consuela.
No quiere que otra vez me desvanezca.
Sus dedos van buscándome debajo de las bragas
por si allí subsistiera algo de mí extraviado,
por si así me pudiera sujetar.
Mis piernas se abren.
No yo.

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