Nuestro
consejo gastronómico
Cuando nuestras ideas no son sólidas, es que son manipulables. Se pueden manipular ideas y creencias: políticas, económicas, religiosas, sociales, etc. Se manipulan utilizando los Medios de Comunicación, los discursos, las comunicaciones e incluso las redes sociales. Todo es manipulable, incluidos nuestros más arraigados hábitos y costumbres.
Con la llegada de Internet, nunca hemos tenido tantas posibilidades de analizar la información y cotejarla. Deberíamos ser las personas mejor informadas, más críticas, más objetivas y con las ideas más sólidas y menos manipulables de toda nuestra Historia. Pero no es así... la cantidad de información nos abruma y preferimos dejar a otros su análisis, delegamos de la peor manera posible nuestra objetividad y nuestro sentido crítico.
Se hace uso del aspecto emocional, una suerte de cortocircuito del análisis racional y una anulación del sentido crítico de los individuos. Nos lanzan a la calle a defender unas ideas o a combatir las del contrario. Es más fácil chillar que dialogar, insultar que halagar, aborrecer que apreciar, destruir que construir.
A veces, las menos, despertamos bruscamente y nos encontramos defendiendo unos ideales que... ¡Hasta hace poco nos importaban bien poco!
(*) "En un estado totalitario no importa lo que la gente piensa, puesto que el gobierno puede controlarla por la fuerza empleando porras. Pero cuando no se puede controlar a la gente por la fuerza, uno tiene que controlar lo que la gente piensa".
(Chomsky, N., 1993)