La mano del artista
La vida nos ofrece momentos mágicos en los cuales las circunstancias parecen alinearse según inescrutables designios que hacen juegos malabares con un supuesto azar.
Esta mano es la de un joven, un artista embrionario… pero un artista a la fin. Aquella parte del genio que solo las musas prestan a los elegidos reside en su interior: sólo hay que bucear en su imaginación y en sus creaciones para corroborarlo.
Querría aprovechar la ocasión para recordarle (a este joven artista) que tal como apuntó alguien que sabía de lo que hablaba: el genio es un uno por ciento de inspiración y un noventa y nueve por cierto de transpiración.
Por tanto, no dejes nunca de lado la transpiración, aunque sea más fatigosa y menos fascinante que la inspiración. También recuerda, por siempre, que tus manos desprenden toda la luz que le sobra a tu corazón.