La mano invisible no es una novela al uso. Es un artefacto narrativo (¿novela, ensayo, tesis?) escrito con gran destreza estilística donde el autor experimenta con el lector, de la misma forma que con los personajes, y les mete en un proceso de degradación que llega a saturar y agobiar. Y lo hace de forma deliberada, con tal detalle, con tanta minuciosidad, con tal frialdad que parece que los lectores (¿o espectadores?)formamos parte de esa maquinaria infernal de la que es imposible escapar. Por eso no resulta fácil ni agradable su lectura, aunque sí muy aleccionadora para replantearse ciertos aspectos de la vida moderna.Porque Rosa, desde el mismo título (contrapunto irónico del similar de Adam Smith sobre la autoregulación del libre mercado) ha conseguido meter en esas páginas de forma magistral todas las inconsecuencias del capitalismo y de la industrialización, cuestionando el concepto calvinista de dignificación del trabajo.Y, como dice la sinopsis, no es habitual en la narrativa reciente que los protagonistas sean trabajadores sencillos que trabajan con las manos, sudan, se cansan, enferman, etc. De hecho la obra describe el trabajo de gente que pone ladrillos, monta piezas en cadena, corta carne, cose, friega, carga cajas sin una finalidad clara, en una nave industrial que se ha convertido en un teatro donde se escenifica el trabajo y donde las condiciones laborales van cambiando con los problemas de conviencia que todo ello puede conllevar.
Sin duda Rosa quiere provocarnos y hacernos reflexionar. Y lo consigue. Es cierto que la novela es excesivamente larga –no hacía falta llegar tan lejos para mantener una tesis– y que los personajes no son "amables" ni las situaciones en muchos casos creíbles, ya que peca de mantener un registro anticapitalista excesivo, sin matices. Pero a lo largo de ese proceso narrativo se reflexiona sobre aspectos interesantes, no siempre evidentes. Y aunque se pueda no estar de acuerdo con algunas sus conclusiones, tiene el valor de abordar con carácter total y "totalitario" el mundo laboral. Nota: Abstenerse seguidores del Tea Party, lectores convencionales y personas con dolencias cardiacas.La mano invisibleIsaak RosaEditorial Seix BarralPágs. 384