Revista Cultura y Ocio

La mansión

Publicado el 01 marzo 2015 por Zeuxis
LA MANSIÓN

Qué diablos pasaba en esta propiedad, la llanura se extendía hacia alguna parte, sin embargo la enmarañada selva parecía crear una geografía aparatosa, infranqueable que los acechabacomo esperando, de súbito, el mejor momento para tragárselos entre ese verde oscuro para siempre, sin embargo, había algo más terrorífico: la mansión, allí, como un portal abierto y silencioso a algoespantoso.

Ya iban cinco grupos de hombres desaparecidos. Desde que los caucheros de la región se habían empecinado en matar a la bruja, patrullas de asesinos a sueldo y hombres dados a los más duros oficios de la selva habían partido rumbo a la desgracia. Sólo tres sobrevivientes contaron meses después el infierno vivido. Mencionaron el descubrimiento de la mansión, hablaron de los pasadizos y los alacranes y los capataces dándolos por locos les metieron varios balazos para acallar tanta tontería. Cuando las noticias de la mansión no pudieron ser desmentidas, todos los hombres del oriente del Brasil, deliraron, por fin habían dado con la morada de la bruja y si lograban matar a esa monstruosidad, ya no tendrían más problemas para ser lo dueños, los generales absolutos de esa región olvidada, sin embargo, llegar hasta la mansión, hasta ese paraje había sido más perjudicial, cinco grupos de mercenarios seguían sin dar noticias de vida.

Los tres negros pensaron en su compañero perdido. Desde el escupitajo hasta la búsqueda por esas gargantas de miedo, no habían calculado el tiempo, pero ahora se comenzaban apercatar de la supuesta larga hora que se habían gastado entre la tormenta.

Ahora ya no tendría que comprar más inyecciones y no sufriría más de calambres.Cinco alacranes se le montaron encima y se quedaron sobre su espalda avistando el nuevo reino conquistado.

Pero este lugar no era unlugar. Había una desolación flotando, yendo contra cada muro, buscando también una salida. El hombre blanco gritó, un alacrán lo había alcanzado y ahora el veneno se le subía pierna arriba.

El no venía con nosotros alcanzó a decir el negro de la cara estúpida mientras dejaba desencajada la mandíbula para siempre. A la entrada de la mansión, el negro que había barrido los alacranes de un machetazo, apareció. Se limpió la boca untada de sangre, una familia de cusumbos que pasaban por allí alcanzó a ver como el negro se metamorfoseaba en una decrepita mujer que no hacía más que reír.

Mientras el primer rayo de sol le alcanzaba los ojos a la bruja, la tierra comenzó a crecer y a enredarse por entre sus piernas, a las nueve de la mañana, la estatua de barro con forma de bruja, estaba completa. Cuando el siguiente destacamento de mercenarios llegóconfundieron la mole de barro con un termitero gigante. Dos semanas acamparon frente a la escultura de barro y la mansión hasta que vieron los alacranes. Sólo uno de ellos regresaría con vida.


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