Revista Coaching

La máquina de jugos

Por Vivaconproposito

Me gustaría compartir con ustedes una pequeña historia de algo que me pasó hace poco. Son días sumamente calurosos aquí en Japón y las máquinas automáticas de jugos, son las que le devuelven a uno la vida en la época de verano. Hay una en cada esquina y todas funcionan a la perfección. Un día de estos, regresaba del supermercado sumamente sudada y deshidratada, y lo único que quería era llegar a la máquina de jugos para saciar mi sed. Como no tenía monedas, metí un billete de 1000 yenes y sin pensarlo mucho, presioné el botón del jugo que me parecía más refrescante. Obtuve mi jugo, lo abrí de inmediato y tomé el primer sorbo, pero la máquina seguía sonando y el vuelto no bajaba. Con la cabeza literalmente caliente y de forma malhumorada, presioné el botón que me daría el vuelto, pero la máquina seguía sonando sin reaccionar. Desesperada del cansancio y con recuerdos de máquinas que no devolvían el vuelto en mi país, mi cabeza se llenó de enojo y seguía presionando el botón del vuelto.

 La máquina seguía sonando. Ya para entonces habían pasado como 15 segundos. Con el afán de entender qué es lo que estaba pasando, traté de abrir un poco mi zona de visión y analizar por qué era que no me devolvía el vuelto. En eso, ví una lucecita roja indicando que leyera una calcamonía. En élla decía “Eres el visitante 6666. Te ganaste otro jugo. Por favor elije uno en menos de 30 segundos”. Ya para entonces habían pasado 25 segundos. Atarantada traté de elegir otro jugo, pero ya habían pasado 32 segundos. ¿Y adivinen qué? Por unos 2 segundos, perdí la oportunidad.

El enojo que sentí hacia mí misma con esta experiencia, me puso a reflexionar y tomarla como una gran enseñanza de vida. ¿Cuántas veces no hemos perdido grandes oportunidades por estar enfocados sólo en un punto, o por que pensamos que si nos ha pasado antes nos volverá a pasar, y por ende hay más posibilidades de que nos pase eso que ya hemos experimentado a algo diferente?. Dejamos pasar grandes oportunidades que desfilan frente a nuestros ojos, hasta con un silbato indicando que eres el ganador, y aún así, nuestra mentalidad de negatividad nos ciega a esa nueva posibilidad. Esta vez fue un jugo nada más, pero la próxima podría ser algo más grande. El abrir los ojos y ver las cosas desde diferentes ángulos le da más flexibilidad a nuestra mente y es algo que nos ayudará, no sólo a ver nuevas oportunidades, sino a tener una comprensión más global de las cosas. Pero para ello debemos de creer que somos SIEMPRE merecedores de vivir cosas buenas en la vida.

 


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