La máquina de pintar nubes (Patxo Tellería, Aitor Mazo, 2.009)
S/C
Estadísticas:
Crítica: 5,093 Público: 5,085 España: S/C Rugoleor: S/C
Espectadores: 41.635 Recaudación: 225.893,57 € Visitas: 0 Popularidad: 0,00%
Ficha:
Título original: La máquina de pintar nubes
Director: Patxo Tellería, Aitor Mazo
Guionistas: Aitor Mazo, Patxo Tellería
Intérpretes: Aitor Mazo, Gracia Olayo, Bingen Elortza, Lander Otaola, Santi Ugalde, Loreto Mauleón, Chema Muñoz, Montse Mostaza
Productores: Joxe Portela, Miguel Torrente
Fotografía: Gaizka Bourgeaud
Música: Bingen Mendizábal
Montaje: Haritz Zubillaga
Nacionalidad: España
Año: 2.009
Duración: 99 minutos
Edad: 7 años
Género: Comedia, Drama
Distribuidora: Canal Mundo Producciones Audiovisuales, S. A.
Estreno: 02-10-2.009
WEB Oficial:
Sinopsis:
Durante el verano de 1.974, un joven vive su particular viaje iniciático en medio de la desolación oxidada de Santutxu, un barrio industrial de Bilbao, con Franco aún vivo y los conflictos políticos y sociales a flor de piel. Asier, un adolescente daltónico se propone hacer un retrato a la chica de la que está enamorado, pero no quiere contar con la ayuda de su padre, Andrés, un reputado pintor aficionado. El padre no ha tenido suerte con sus hijos: el mayor, Mateo, muy dotado para la pintura, dejó de interesarse por ella, para desesperación del padre. Y el pequeño confunde los colores sin remedio. Asier recurrirá a Mateo para que le enseñe a cambio de dinero.
Comentario:
Aitor Mazo y Patxo Tellería debutan tras la cámara con una película de aprendizaje. En el Bilbao de 1.974, Asier (Bingen Elorza) es un adolescente que quiere conquistar a la chica de sus sueños escolares. Para conseguirlo, deberá pintar un cuadro, un arte en el que todos los hombres de la familia, su padre y su hermano mayor, le aventajan, pues tiene un serio hándicap: es daltónico. Para remediar el entuerto, su hermano le regalará “La máquina de pintar nubes”.
Crítica:
08.10.2009 – JOSU EGUREN
Para gustos colores
Si este crítico pensase mal, que regularmente lo hace, diría que los realizadores se han puesto la venda antes que la herida. Ahí va ese diálogo manido con el que sugieren que los críticos son pintores, escritores o directores de cine frustrados, y resentidos; puede que no les falte razón, aunque algunos pensamos que las frustraciones es mejor dejarlas en el ámbito de lo privado antes que hacerlas públicas en una pantalla de cine. Prefiero la imagen del crítico heroico descrito en “Malditos Bastardos” por un tal Quentin Tarantino, más que nada porque éste apreciaba a Pabst, Clouzot y Leni Riefenstahl, canela fina.
“La máquina de pintar nubes” es otra cosa, puro cine catódico, átono y predecible, armado en torno a una historia inane que parece descartada de una serie televisiva. Y es una lástima, porque la dirección artística es competente, e incluso al principio se escuchan los ecos fordianos de la magistral “Qué verde era mi valle” cuando nos aproximamos a un humilde barrio obrero del extrarradio bilbaíno. Un espejismo. Los engranajes de esta máquina son personajes sin brillo, tan tópicos como los amagos de arlotada con los que el guión trata de convencernos de que el humor y el drama de la barriada conviven en un sutil equilibrio.
Sorprende la escasa profundidad del personaje interpretado por Aitor Mazo, todo un actor con mayúsculas, pero es más difícil encontrar una explicación coherente a la deriva dramática de la cinta. Las relaciones de los protagonistas con el entorno son vagas, la recreación del clima político que anudaba gargantas a mediados de los setenta indefendible y el clímax dramático que preludia el desenlace de la historia risible. Hay que verlo para creerlo, pero les aseguro que parece ideado por un David Lynch pueblerino. Una catarata de planos sin aire, que se cierran sobre los protagonistas sugiriendo una tensión que no existe, son el sello visual de esta pequeña obra bienintencionada que no emociona y aburre.