Tres vidas, tres líneas trazadas en la palma de la mano del tiempo, y los avatares y sueños de los hombres Charme, obsesionados por encontrarle los pliegues precisamente a ese universo temporal, permeable y solícito, que los busca para adentrarlos en un viaje sin fin. Juan Trejo se alzó con esta novela con el último Premio Tusquets, y para ello tuvo que diseccionar con infinita paciencia las existencias de estos tres hombres, desde los poderes iniciales del abuelo Ryszard Krasniewski, y sus sucesivos cambios onomásticos en su periplo de Alemania a Estados Unidos, hasta el nieto Óscar Charme, que a raíz de la muerte de su madre siente la necesidad de bucear en sus orígenes.
Y entre ambos, la personalidad, extraña y algo disoluta, de Jorge Charme, tal vez el eslabón más débil de la triple cadena, un hombre que hubiera querido ser un diletante pero al que le falta impulso vital, que huye de diferentes compromisos hasta darse cuenta de que no ha hecho sino escapar de sí mismo. Los poderes supraterrenales y la sombra de una máquina extraordinaria capaz de licuar las dimensiones sobrevuelan toda la novela, pero también hay una antología de algunos momentos muy destacables del siglo pasado, desde la Revolución Rusa o la ascensión de Hitler al poder hasta la dispersión lisérgica de los 70, pasando incluso por los dominios del mafioso Meyer Lansky.
Juan Trejo se ha preocupado de repartir las líneas biográficas en capítulos independientes que sólo en la última parte albergan algunas coincidencias narrativas, pero que mientras tanto impulsan al lector a navegar entre oleajes cronológicos que le llevan de un hombre a otro, de un sueño a otro. Y así se urde esta máquina del provenir, con tuercas muy medidas y fabricadas con mucha demora, a veces demasiada, pero acaso eso fuera lo que buscaba el autor, la calma suficiente como para que el ingenio mecánico encajase sobre sí mismo.
La máquina del porvenir. Juan Trejo.Tusquets. Barcelona 2014. 449 págs. 20 euros.(LA VERDAD, "ABABOL", 14/2/2015)