Revista Fotografía

La mar se cobra lo que es suyo

Por Davidalvarez
La mar se cobra lo que es suyoTemporal en la bocana de la ría de Avilés
La mayoría de la gente no suele distinguir entre las distintas escalas de los temporales en la mar. Hasta hace unos años yo incluso pensaba que una marejada ya se refería a una mar impracticable, cuando según la escala de Douglas que describe el estado de la mar según la altura de las olas, una marejada es tan sólo el cuarto estado en una escala de 10.
Desde hace un par de días, todo el norte de la Península Ibérica está siendo barrido por un fuerte temporal que tiene su origen en el sur de Irlanda, que está provocando grandes destrozos debido a la unión de fuertes vientos de más de 110 km/h y lluvias intensas.
La mar se cobra lo que es suyo
Los medidores que la Autoridad Portuaria tienen ubicados en Xixón han registrado ayer martes olas de 11,50 metros de altura con un periodo de 17,5 segundos, por lo que según la escala de Douglas el estado de la mar era de Mar montañosa (entre 9 y 14 metros). 
La mar se cobra lo que es suyoTemporal en Verdicio
Cuando la mar alcanza este estado, la superficie se tiñe completamente de blanco y la navegación se hace prácticamente imposible y se producen daños en la costa cuando coincide con mareas vivas. Este era el aspecto que tenía el Mar Cantábrico en la tarde de ayer, un espectáculo impresionante y demoledor, que está causando importantes destrozos en muchas ciudades y pueblos costeros.
Durante siglos hemos intentado robarle el sitio a la mar, hemos urbanizado y construído casas y en las playas, en los estuarios y en las vegas de los ríos. Pueden pasar años e incluso décadas pero tarde o temprano la mar volverá a por lo que es suyo y se llevará por delante todas esas construcciones como si fueran castillos de papel.
La mar se cobra lo que es suyoOscureciendo en Verdicio
Entonces vendrán los salvadores de patrias, hablando de limpiar ríos y playas, de construír diques aun mas altos y mas resistentes, de intentar controlar a la naturaleza para poder seguir construyendo, pero no servirá para nada. Cuando llegan las riadas y las temporales, los alcaldes y constructores buscan culpables y piden que se corten cabezas, todas menos las suyas. Sólo hace falta recordar que en el mes de junio pasado, después de que se inundara media Asturias despues de varios días de lluvias torrenciales, la Confederación Hidrográfica del Cantábrico solicitó que se aumentaran las restricciones para la construcción en zonas inundables. ¿Cual fue la respuesta de los alcaldes de los municipios afectados? Pues que no aceptaban esas restricciones, porque "las áreas anegadizas eran la única alternativa para el desarrollo de esos municipios".
Esos son los sinverguenzas que ahora saldrán ahora a pegar voces porque no les avisaron con suficiente tiempo de la llegada del temporal, porque hay garages inundados y paseos de playas destrozados. Y pedirán que se reconstruyan esos paseos, y que se traiga arena de donde sea para "regenerar las playas". Y año tras año lo mismo, sólo que muy probablemente la frecuencia de estos fenómenos catastróficos será mucho mayor como consecuencia del cambio climático.

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