A estas alturas de la vida, es muy difícil ser auténticos, dado la complejidad de los factores que intervienen para que realmente seamos nosotros mismos, a veces las máscaras ya no alcanzan a cubrir eso que en verdad somos.
No me refiero a que vivamos en la hipocresía, tampoco que vivamos aparentando algo que no somos, hablo de ser más auténticos, de expresar con libertad nuestras ideas y lo que somos, sin temor al que dirán, no podemos seguir la vida dependiendo de la aprobación o el rechazo de los demás, la vida que poseemos es nuestra, tenemos la maravilla de ser nosotros mismos, de existir con absoluta libertad y de vivir con anplia conciencia, Tampoco confundamos libertad con libertinaje, por que existe un hilo muy delgado entre ambas y es muy fácil romperlo.
Pienso que mientras no causemos daño a terceras personas, podemos actuar conforme a nuestros ideales y convicciones.
Tenemos claros ejemplos sobre personas que han marcado la historia, porque decidieron ser ellos mismos,Y que han revolucionado su mundo y el nuestro, en diversos ámbitos. En el mundo de las artes, de la música, de la ciencia y tecnología etc .
Pero no es sencillo desprenderse se los tabues que existen alrededor nuestro, se tiene que pagar un precio.
Muchas veces seremos vituperados, rechazados o señalados.
Pero es necesario pasar por todo esto, ya que si nuestra convicción es grande en lo que creemos, todo lo demás sale sobrando.
También muchas personas se alejarán de nosotros debido a que a casi nadie le gusta estar con una persona libre, no les gusta la verdad a la mayoría de las personas.
Prefieren vivir en la cultura del envase, que desprecia el contenido.
Es esa búsqueda eterna de las cosas increíbles, intangibles.
Que rebasan el mundo de lo superfluo, son esas cosas maravillosas de la que estamos hechos cada uno de nosotros.
Todo lo que percibimos, absolutamente todo. Algún día acabará en el frío ataúd.
Pero yo hablo de aquellas cosas que nunca mueren, nuestra esencia, por ejemplo.