Revista Libros

La marca de sangre, de Johan Theorin

Publicado el 10 enero 2012 por Aramys

La marca de sangre, de Johan Theorin

Que miedo me daba leer esta tercera parte de El cuarteto de Öland después de la extraña segunda parte, La tormenta de nieve.

Por suerte,  La marca de sangre,  vuelve al perfil de la primera novela de la serie y Theorin deja a un lado los fantasmas y el mundo paranormal (como le pedí encarecidamente en mi anterior reseña de esta serie) y se centra en los personajes, los hechos, la vida, la soledad…

Si que hay una parte fantástica en esta novela, la parte de las hadas que luego explicare, pero ni mucho menos tan pesada y con tanto protagonismo como en la novela anterior cuando Theorin nos bombardeo la historia con apariciones, fantasmas y misterios sobrenaturales.

A demás ha vuelto Gerlof, el octogenario aficionado a investigar,  protagonista de las dos anteriores novelas y nexo de las cuatro novelas que forman EL cuarteto de Öland. Digo que ha vuelto porque después de encariñarnos con el en la primera novela de la serie y darle prácticamente todo el protagonismo, Theorin apenas lo hace aparecer en la segunda entrega del cuarteto. Gracias a dios, en esta tercera novela, Gerlof esta muy presente, con achaques y dolores pero presente después de todo.

Las novelas de Theorin no se parecen demasiado a las novelas negras convencionales, Theorin es un narrador nato, lo suyo es la narración pura, nada de prisas, nada de acción trepidante, son casi novelas de misterio, donde hay mucho de la vida de los protagonistas y muy poco ensañamiento, poca sangre. Esta novela, como el resto, es tranquila, pausada, donde vemos como viven los protagonistas, conocemos sus pasados, sus vidas, sus preocupaciones. A demás no existe un detective o un policía, en cada entrega un protagonista diferente investigara los sucesos, ayudado en mayor o menor medida por nuestro querido Gerlof.

En La marca de sangre asume el protagonismo Per Mörner un hombre separado y con dos hijos que se instala en una vieja casa que ha heredado en la ya conocida cantera de Öland. En esa zona de Öland, junto a la cantera, solo hay unas pocas casas; la de Per Mörner,  dos mansiones de nueva construcción y la vieja casa de Gerlof. En esta novela Theorin contara tres historias que, como viene siendo habitual, convergerán en una sola a medida que avance la historia.

La primera de las historias es la de Per, separado y con dos hijos con los que no tiene una relación demasiado buena. Su hija pequeña esta en el hospital por una enfermedad de la que ha de ser operada y con su hijo mayor simplemente no tiene nada en común, la relación es fría y distante. A demás ha de cuidar de su padre, Jerry, que recientemente ha sufrido una apoplejía y solo balbucea algunos monosílabos. Jerry tiene un pasado del que Per no esta nada orgulloso y del que intenta huir desde hace años. Ya no es que Jerry fuera un padre pésimo, es que a demás regento un negocio en el pasado del que Per no quiere saber absolutamente nada. Por desgracia todo cambia cuando Per recibe una llamada de su padre pidiéndole ayuda totalmente desorientado; cuando Per va en busca de su padre, se encuentra el estudio de éste envuelto en llamas y con muchos secretos a punto de ser descubiertos.

El segundo hilo argumental trata sobre Vendela Larsson, una de las inquilinas de una de las mansiones de nueva construcción en la zona. Vendela esta casada con Max, un prepotente escritor de libros de autoayuda que tiene a Vendela atemorizada y ligeramente sometida psicológicamente. Por si fuera poco Vendela es la coautora de los libros de éxito de Max, de los que solo él se lleva el grandísimo merito. Y aquí esta la parte fantástica del libro, Vendela paso en Öland su infancia en una pequeña granja. Son esos capítulos ambientados en el pasado que, mezclados con los del presente, nos aportan la cuota fantástica al hablarnos de las hadas. Vendela es una ferviente creyente de las hadas y en Öland esta la piedra de las hadas donde desde tiempos remotos la gente deja pequeñas ofrendas a las hadas al tiempo que pide un deseo. Esta segunda trama nos desvela la infancia de Vendela, su vida con Max, sus deseos del presente y sobre todo su relación con las hadas…

Y la tercera, pero no menos importante de las historias, es la relacionada con Gerlof, nuestro ochentón curioso. Gerlof decide dejar el centro donde esta viviendo y trasladarse a su vieja casa en Öland. Cree que le queda poco de vida y prefiere estar donde mas le gusta. La historia de Gerlof esta centrada en los diarios que su mujer le dejo antes de morir y que Gerlof va leyendo durante la novela, estos diarios se entrelazarán con las otras dos historias de manera sigilosa y casi imperceptible. Gerlof a demás ara buena amistad con Per y con el resto de vecinos recién llegados.

Como digo es una novela más de misterio que puramente de género negro; Theorin, eso si, repasa unos cuantos temas sociales que están a la orden del día; la pornografía, la explotación en el mundo del sexo, la relación entre padres e hijos, las relaciones de pareja, la proximidad de la muerte, el mundo de las creencias fantásticas, las depresiones, los errores del pasado…

Con un tranquilo y solícito estilo, Theorin construye una solida y potente trama que poco a poco, como es marca de la casa, se va hilvanando y encajando como un reloj suizo, con personajes muy solidos, vivos y muy bien definidos; que es una cosa que me encanta de Theorin, sus personajes, que son como personas vivas, a los que echas de menos en cuanto cierras una de sus novelas. Con esos paisajes que vemos en distintas estaciones del año, después del otoño y el invierno, esta vez veremos Ölan en plena primavera, tan mágico como siempre, tan solitario, tan extremo. Y con un muerto, aunque eso, esta vez, casi que no tiene demasiada importancia…

Muy buena novela. Sobre todo para los de sofá y manta y té.  A ver la cuarta y ultima parte si nos gusta tanto como estas que ya quedan atrás…

La marca de sangre

Johan Theorin

Ed. Mondadori 2011

410 paginas



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