La perspectiva diacrónica del devenir temporal explica las hipótesis planteadas en la razón del momento. La primavera ha hecho brotar los frutos del árbol otoñal socialista de hoja madura que, el día 20 de octubre del pasado año, dejó vacías sus ramas más frondosas.
El cambio de los tonos agudos por los graves en el hemiciclo de los escaños, rompió la paridad del gobierno y fraguó la marca Rubalcaba como nuevo puño de la rosa.
Después de siete meses en el ojo crítico de las encuestas, el árbol ha resistido el duro frío del invierno frente aquellos otros apellidos, que no han tenido los cuidados necesarios de regadío.
La cesión de Fernández de la Vega sentó el punto de inflexión en la transición de Zapatero y el paso del testigo al velocista de la Moncloa. Con una dilatada histórica política en su haber, el ministro de Felipe se convierte en el mejor químico para combinar los ingredientes necesarios y componer la fórmula idónea para apartar de la alfombra roja al registrador de Santa Pola.
El producto Rubalcaba ofrece similitudes y diferencias con el producto bandera de las “gaviotas”.
Las críticas arrojadas por Arenas al candidato socialista reflejan la falta de ética kantiana y perspectiva histórica de las élites populares. La crítica auspiciada por la derecha al pasado político de Rubalcaba; contrasta con la falta de autocrítica interna sobre la gestión llevada a cabo por el ex-ministro del ciclo político del “aznarismo”.
Mientras el opositor brillante a Registrador de la Propiedad sigue aprobando con “raspado” las oposiciones demoscópicas de su pueblo, el “sprinter socialista”, aquél que consiguió correr los “cien” en 10.9 segundos, sigue avanzado a golpe de zancada en la pista de las encuestas.
Mientras el “continuismo político” será utilizado por la derecha para seguir con el rédito electoral de la marca ZP, las encuestas, o dicho de un modo más claro, el pueblo sigue respondiendo con buen gesto al futuro inquilino de la Moncloa.
La retirada de Zapatero ha tambaleado la estrategia electoral del Pedro Arriola. A un año vista de las elecciones generales, el sustituto de Chacón, aplicará los conocimientos bélicos adquiridos en sus 16 semanas en defensa, para conseguir vencer a una derecha desarmada ante la caída de su diana.